Viaje anual: Burgos y Atapuerca


Publicado el 11 de mayo de 2023.

El viaje de Trotea de este año lo hemos titulado Buceo en los escalones de la historia: Burgos y Atapuerca y tendrá lugar el 30 y 31 de mayo y 1 de junio de 2023. Estos son los precios: Socios de Trotea: 325 euros/persona en habitación doble / No socios: 390 euros/persona en habitación doble / 80 euros suplemento habitación individual tanto para socios como no socios.

Aún hay plazas disponibles. Los interesados podéis dirigiros hasta el 18 de mayo a nuestro Secretario, José Luis Díaz de Liaño (jdl2008@hotmail.es, tel. 666 353 221).


Buceo en los escalones de la historia; Burgos y Atapuerca

Nuestro Viaje anual 2023 buceará en varios escalones de la historia en la comarca burgalesa:

El escalón más antiguo corresponde, no ya a la historia, sino a la prehistoria y tiene como eje la sierra de Atapuerca.

El escalón intermedio se refiere al Burgos histórico, configurado por tres episodios: el mito del Cid, la construcción de la Catedral gótica y la prosperidad ligada al comercio de la lana.

El escalón más moderno se centra en el Burgos actual.

Itinerario del viaje dentro de la provincia de Burgos

Primer buceo: el Monasterio de la Vid en el Burgos histórico

El martes, día inicial del Viaje, nuestro primer destino será un convento todavía activo: el de Santa María de la Vid., cerca de Aranda de Duero. Allí, en la finca conocida como de la Vid, donada por el rey Alfonso VII de León, se instaló a mediados del siglo XII una comunidad de la orden de los premonstratenses, siendo un tal Domingo su primer abad. Mucho después, a principios del siglo XVI, el recinto conoció su mayor esplendor bajo el impulso de los condes de Miranda del Castañar, cuando al cuerpo de la iglesia primitiva se añadieron un espléndido crucero de planta octogonal y la capilla mayor, que luce un elegante retablo renacentista presidido por una imagen medieval de Santa María de la Vid. En el siglo XVII se añadieron en la zona de los pies del templo tres cuerpos más y se cerró el conjunto con una imponente espadaña, ya plenamente barroca, que se concluyó en 1738.

Monasterio de Santa María de la Vid: explanada, con la iglesia al fondo

Con la desamortización de Mendizábal se exclaustró a los premonstratenses y el lugar quedó abandonado, hasta que en 1865 se asignó a los agustinos. Son estos quienes siguen regentando el recinto, que funciona como punto de encuentro de espiritualidad para religiosos y laicos, para lo que dispone de una hospedería con 34 habitaciones y un restaurante.

Haremos la visita acompañados por un agustino, quien nos mostrará los claustros, la iglesia, la sacristía, el patio central y el museo de piezas religiosas. Una auténtica sorpresa para quienes no conozcan el monaterio.

Monasterio de Santa María de la Vid: Retablo mayor

Almuerzo y llegada a Burgos

Completaremos la mañana comiendo en Roa, a 40 km del monasterio, en el restaurante Asados Nazareno, una auténtica institución en el lechazo. Luego seguiremos hasta Burgos, donde nos alojaremos en el Hotel Almirante Bonifaz (****), en el centro de la ciudad. Allí iniciaremos nuestro contacto con el complejo arqueológico de Atapuerca.

Segundo buceo: el milagro de Atapuerca

A finales del siglo XIX, una compañía inglesa decidió explotar unas minas de hulla y hierro en la sierra de la Demanda, a unos kilómetros de Burgos capital, y abordó la construcción de su propio ferrocarril minero. Para salvar la elevación que suponía la sierra de Atapuerca se trazó una gran trinchera de más de 500 metros de longitud y 20 metros de altura. Esa trinchera dejó al descubierto los yacimientos. Aunque no se empezaron a investigar de forma sistemática hasta 1978, su importancia los ha convertido en Patrimonio de la Humanidad, según declaración hecha por la Unesco en el año 2000.

Etapas en la evolución humana

Unas palabras previas sobre la evolución humana. El hombre pertenece al orden de los simios o primates, que comprende 185 especies muy variadas. Abarca dos superfamilias: los cercopitécidos (monos macacos) y los hominoides. Esta última comprende, a su vez, los hilobátidos (gibones) y los homínidos, entre los que se incluyen géneros extinguidos (como Australopithecus) y géneros actuales, como Gorilla (gorila), Pongo (orangután) y Homo.

El género Homo incluye varias especies extinguidas, de las que se han identificado al menos las siguientes: Homo habilis (hace 2,5 a 1,5 millones de años: no conocía el lenguaje ni el fuego, pero empleaba útiles), Homo erectus (hace 1,8 millones a 300 000 años: conocía el fuego y vivía en cuevas), Homo antecessor (hace 900 000 años, identificado precisamente en Atapuerca), Homo heidelbergensis (“Hombre de Heidelberg”, hace 500 000 años) y Homo neanderthalensis (“Hombre de Neanderthal”, hace 50 000 años). A todos ellos les sucedió Homo sapiens, el único género actual, surgido hace 300 000 a 200 000 años (en Europa, hace 30 000 años).

La importancia de Atapuerca reside en que en sus yacimientos se han encontrado restos fósiles y evidencias de la presencia de cinco especies de la familia de los homínidos: Homo sp. (especie aún por definir, de hace 1 300 000 años), Homo antecessor, Homo heidelbergensisHomo neanderthalensis y Homo sapiens. Justamente por esta importancia, la gestión de todo el conjunto de Atapuerca ha exigido la aplicación de una técnica adecuada, que pivota en torno al Museo de la Evolución Humana, en Burgos capital, que actúa como cabecera, y una serie de centros dependientes o vinculados al mismo, en particular el Centro de Arqueología Experimental (CAREX) y el Centro de Acceso a los Yacimientos (CAYAC). 

Estos tres centros los veremos en nuestro recorrido. Empezaremos por el Museo de la Evolución Humana, en la tarde del mismo martes. Asistiremos a una exposición en grupo durante 15 minutos y luego haremos una visita libre durante 1 hora. El Museo, instalado en un edificio del arquitecto Juan Navarro Baldeweg, autor también, por ejemplo, de la Biblioteca de la Puerta de Toledo, en Madrid, alberga una colección permanente de fósiles de Atapuerca (pelvis “Elvis”, cráneo de “Miguelón”), pero es algo más que un lugar de exhibición, ya que se configura también como un centro divulgativo de primer orden.

Al día siguiente, miércoles, por la mañana iremos a los yacimientos visitables. (Se recomienda llevar visera o gorra y calzado cerrado fuerte.)

Nos desplazaremos en autocar al Centro de Acceso a los Yacimientos (CAYAC), en la localidad de Ibeas de Juarros (a 15 km), donde tendrá lugar la visita guiada al lugar de excavación, de 90 min de duración. Luego recorreremos también en autocar otros 10 km hasta el Centro de Arqueología Experimental (CAREX), que funciona como centro de interpretación de la Prehistoria y en el que, en una nueva visita guiada de 75 min de duración, asistiremos a demostraciones de talla de sílex, caza prehistórica, fuego por métodos tradicionales, etc. 

Un divertimento complementario

Así habremos completado una sólida perspectiva de nuestra evolución. Comeremos luego en grupo, en un restaurante del pueblo de Cardeñajimeno y por la tarde nos permitiremos una curiosa actividad lúdica. Iremos en autocar a la localidad de Salguero de Juarros (a 15 km), donde se encuentra la reserva “Paleolítico Vivo”.

En ella tendremos la oportunidad de vivir una experiencia concebida como una inmersión total en la prehistoria, basada en un proyecto de contemplación en libertad de ejemplares de cuatro especies raras de mamíferos: dos especies en peligro de extinción (el caballo de Przewalski, originario de Asia central, y el bisonte europeo) y otras dos ya extintas y de las que se han obtenido, mediante cruce genético, varios ejemplares de razas parecidas a las originarias (el tarpán, o caballo salvaje precursor del caballeo doméstico, y el uro euroasiático).

Haremos la visita recorriendo en varios vehículos todoterreno, con un conductor-guía especializado, las distintas localizaciones donde están los animales, durante un total de 2 horas.

Tercer buceo: el Burgos histórico y la capitalidad de Castilla

El jueves, último día del Viaje, completaremos nuestra perspectiva del Burgos histórico y esbozaremos una visión del Burgos moderno con una visita guiada al centro de la ciudad.

Aunque hay asentamientos más antiguos en el lugar ocupado hoy por la ciudad, el origen de esta se encuentra en la fortificación que Diego Rodríguez, conocido como Porcelos, conde de Castilla al servicio del rey de Asturias, construyó en 884 en el cerro de la orilla derecha del río, como una más de las fortalezas levantadas en el Arlanzón para consolidar las tierras reconquistadas a los musulmanes. Décadas después, con Fernán González, la ciudad pasó a ser capital del condado de Castilla, origen del reino homónimo.

Se consolidó desde entonces como núcleo importante, que con el tiempo llegó a alcanzar dos períodos de franca prosperidad: el primero estuvo ligado a su plena ubicación en el camino de Santiago, consolidado como tal desde el siglo XI, y el segundo abarcó los siglos XV y XVI y fue consecuencia del productivo comercio de la lana.

Ambos períodos han quedado recogidos en el edificio emblemático de la ciudad, la Catedral, que puede examinarse así como un reflejo en piedra de la evolución de la ciudad. Tanto es así que se ha dicho de ella que se trata en realidad de dos catedrales superpuestas, que explican plásticamente esos dos períodos de plenitud económica.

La “primera” Catedral

La “primera” Catedral sustituyó en realidad a otra anterior, románica, de lo que nos han quedado trazas ni vestigios y que en el siglo XIII se reveló insuficiente para atender las necesidades de una localidad en auge. La concesión de diversas donaciones regias y nobiliarias y el impulso del obispo don Mauricio, hombre de fuerte personalidad, se coaligaron para a que en 1221, en presencia del rey Fernando III y del citado obispo, se pusiera la primera piedra del nuevo edificio.

Con él, Burgos se ponía a la altura de los tiempos, marcados por la prosperidad económica y por la aceptación de los modelos del gótico francés. Esta catedral es, efectivamente, desde el punto de vista estilístico, la más fiel, junto a los ejemplos castellanos de León y Toledo, a esos modelos, que el propio obispo había tenido ocasión de conocer directamente. En un clima de bonanza, las obras progresaron con rapidez y a finales de siglo el edificio estaba prácticamente finalizado.

La “segunda” Catedral y la Capilla del Condestable

Agrupamos como “segunda” catedral el conjunto de cambios introducidos en el templo en los siglos XV y XVI, en el marco de la prosperidad económica ligada al comercio de la lana. Sus autores fundamentales fueron Juan de Colonia, llegado de tierras alemanas para trabajar como “maestro cantero” en la catedral, y su hijo Simón de Colonia, sucesor en ese cargo, que introdujeron la variante del gótico flamígero en tres obras magistrales: las agujas caladas de las torres, el cimborrio sobre el crucero (después hundido por un huracán y sustituido en el siglo siguiente por el que podemos ver actualmente) y la capilla del Condestable. Las obras se completarían en el siglo XVIII con la creación de algunas otras capillas, sin alteración del conjunto.

La catedral así configurada tiene tres portadas principales: la portada real (del siglo XVIII), la del Sarmental y la de la Coronería (ambas, del siglo XIII).

El interior, de planta francesa, presenta tres altísimas naves y girola. En los pies, a gran altura, hay un reloj con un autómata articulado del siglo XVIII que, todas las horas en punto, mueve un brazo con el que da un campanazo y abre al tiempo la boca; se conoce como Papamoscas. En el centro de la nave central se sitúa la espectacular sillería del Coro, del siglo XVI. En el crucero, bajo el cimborrio ya mencionado (gótico flamígero) se encuentra el sencillo Sepulcro del Cid y de su esposa Jimena, aquí trasladados en 1921. En un lateral, la monumental Escalera Dorada, obra de Diego de Siloé de espíritu francamente renacentista, salvaba el desnivel para dar acceso a la portada de la Coronería. El bello Retablo mayor, totalmente escultórico, con siete calles y tres cuerpos de estilo renacentista, cierra la nave central.

Capilla del Condestable

De las capillas, muchas de ellas enriquecidas con obras maestras, destaca la del Condestable, el comandante del Ejército y representante del rey en ausencia de este. Construida por Simón de Colonia, se proyecta hacia afuera de la planta de la catedral, como si fuera un monumento aparte dotado de su correspondiente cimborrio. Además de los grandiosos escudos de piedra que decoran las paredes (del Condestable don Pedro Fernández de Velasco y su esposa), en la parte superior se abre una galería de circulación prolijamente ornamentada en piedra. Toda la obra escultórica y decorativa fue realizada por Gil de Siloé y completada por su hijo Diego de Siloé en colaboración con Felipe Bigarny, en un gótico tardío que se ha venido a denominar “estilo Isabel” (por la reina Isabel I) y que es de aliento renacentista.

El Cid: más leyenda que historia

Hemos hecho dos menciones que en Burgos merecen una atención especial; el Cid y el comercio de la lana.

Personaje históricamente nebuloso, matizado por relatos que tienen mucho de legendario, el Cid Campeador, en realidad Rodrigo Díaz, nacido posiblemente en Vivar en el siglo XI, fue poseedor de un ejército privado que puso al servicio de las causas que entendió mejor remuneradas en cada momento. Está confirmado que en un principio trabajó para Alfonso VI, si bien las relaciones con el monarca quedaron rotas cuando guerreó sin su consentimiento en tierras musulmanas. Aunque años después obtuvo el perdón real, volvió a ser desterrado y se desplazó hasta Levante, donde conquistó la ciudad de Valencia, de la que se convirtió en señor. Allí murió en 1099 y allí fue enterrado, si bien dos años más tarde fueron trasladados sus restos al monasterio de San Pedro de Cardeña, en la misma Burgos, hasta recibir descanso final en el crucero de la catedral, como hemos señalado. Precisamente el monasterio citado tuvo una influencia decisiva en la elaboración de la llamada leyenda de Cardeña, un conjunto de materiales narrativos legendarios sobre el Cid, especialmente relativos a los años inmediatamente posteriores a su muerte, que fueron elaborados por los propios monjes a mediados del siglo XIII. Desde esta perspectiva, ni la conocida como “jura de Santa Gadea” (en la que el Cid hizo jurar supuestamente a Alfonso VI que no había tenido participación en la muerte de su hermano), ni muchos otros episodios de su vida pueden sostenerse históricamente.

La jura de Santa Gadea, lienzo de Marcos Hiráldez Acosta (Palacio del Senado) que sigue la interpretación legendaria

Su figura, sin embargo, mantiene esa aureola legendaria. Y toda visita guiada en Burgos, como veremos, tiene que hacerse eco de ella.

Los caminos de la lana en los siglos XV y XVI

La otra cuestión que merece atención es el auge del comercio de la lana desarrollado en la Baja Edad Media, cuando Castilla sustituyó a Inglaterra en la exportación de esta materia a la industria textil de otros países, en especial Flandes, Francia e Italia. Burgos asumió un especial protagonismo en esta actividad, acrecentado tras la creación en 1494 del Consulado de Burgos (siguiendo el modelo barcelonés) como órgano rector del comercio marítimo y tribunal especial para resolver los conflictos que surgiesen, con jurisdicción sobre la mayoría de los puertos españoles en el Cantábrico. La gestión del Consulado no se concedió al Concejo (municipio), como hubiese parecido lógico, sino a la Hermandad de Mercaderes de Burgos, asociación constituida por los comerciantes de la ciudad.

En realidad se establecía así un régimen controlado por los propios mercaderes, que desarrollaron una compleja normativa para garantizar el monopolio. Esta se desplegaba en varias fases:

a) Compra anticipada de la lana a los dueños de los rebaños en las zonas de pastoreo (Soria, Segovia, Ávila, Guadarrama), antes de la trashumancia, mediante el llamado contrato de “señalamiento” o “señalo”, formalizado ante escribano o en las ferias (por ejemplo, la de Medina) y con pago anticipado del precio; este último se fijaba en función de la calidad de la lana (merina o churra, es decir, procedente de ovejas sin trashumancia)

b) Esquileo o “recibo”, es decir, recepción de la lana, al regreso de la trashumancia, en presencia del propio mercader o de un factor suyo

c) Transporte terrestre de la lana al lavadero, con exención del pago de portazgos y otros derechos señoriales (como consecuencia del monopolio establecido de facto)

d) “Lavadero” en agua corriente, normalmente en la ribera de algún río (en Soria, la Rioja, a orillas del Arlanzón, etc.)

e) Fletamento para el transporte marítimo desde algún puerto del Cantábrico (Santander, Laredo, Bilbao) hasta Flandes, Francia o Italia

f) Contratación de la póliza de seguro marítimo

g) Venta en Flandes

h) Regreso con textiles fabricados con la lana previamente enviada

Fragmento del grabado de Anton van der Wyngaerde, de 1565, con una perspectiva de Burgos en el período de esplendor del comercio lanero

Los mercaderes asumían así la triple función de comerciantes, banqueros y aseguradores, mediante la realización de tareas muy tecnificadas y estrechamente ligadas a circunstancias impredecibles que permitían obtener ganancias importantes pero estaban sujetas también a serios factores de riesgo. El comercio desarrollado en este contexto tuvo su período de esplendor entre 1450 y 1600, y decayó por causas políticas cuando estalló la rebelión de los Países Bajos.

Visita guiada a la ciudad

Toda visita guiada a Burgos implica, pues, la referencia al Cid o al comercio de la lana. Una visita modelo puede comprender los siguientes puntos:

1. Comienza en la iglesia de Santa Gadea, o Santa Águeda: edificada a partir del siglo XIV, ocupa el lugar del antiguo templo en el que cuenta la tradición que se produjo la “jura de Santa Gadea”

2. Sigue hasta el Arco de Santa María, levantado en el siglo XVI según planos de Felipe Bigarny y Cristóbal de Andino en estilo Isabel, con formato de arco triunfal y composición a modo de retablo. Sustituyó a la puerta existente anteriormente en la muralla, por la que, según la leyenda, abandonó el Cid la ciudad tras su destierro

3. La siguiente etapa es el entorno de la Catedral, con la iglesia de San Nicolás de Bari, el Palacio de Castilfalé y las Llanas, espacio en el que se reunían los mercaderes de la lana

4. La Plaza Mayor, antiguo lugar de mercado semanal, adquirió su configuración actual a finales del siglo XVIII, al derribarse la muralla contigua. Los edificios tienen fachada porticada, siguiendo un modelo típicamente castellano. En ella se encuentra el Ayuntamiento.

5. El Paseo del Espolón fue eje del desarrollo urbanístico en el siglo XIX. Son puntos de interés obligado el Palacio Provincial (sede de la Diputación Provincial, de la segunda mitad del siglo XIX), el Teatro Principal (coetáneo del anterior), la plaza de Mio Cid (con la conocida y briosa escultura ecuestre del Cid, esculpida en bronce por Juan Cristóbal en 1955) o la elegante Casa del Cordón (así llamada por el cordón franciscano labrado en la puerta principal, que fue palacio del mismo Condestable enterrado en la catedral, edificado por Juan de Colonia y su hijo Simón). Como testigo pétreo de los años dorados del comercio lanero, en el mismo paseo del Espolón se alza edificio que fue sede del Consulado de Burgos, levantado en estilo neoclásico a finales del siglo XVIII y cuya fachada se remata con un ancla para señalar su carácter marinero.

PROGRAMA DETALLADO

Martes 30 mayo

9:30 a 12:00 horas: Salida en autocar (Autocares Samar) desde el lugar habitual: Paseo de la Infanta Isabel 1 (metro Atocha, frente al Ministerio de Agricultura). Viaje por la A1 hasta Aranda de Duero (en el trayecto, parada para café) y desvío hasta el Monasterio de Santa María de la Vid. En total, 180 km.

12:00 a 13:30 horas: Visita del Monasterio de Santa María de la Vid (originario del s. XII, aunque modificado hasta darle su forma actual en los siglos XVII y XVIII).

13:45 a 14:15 horas: Viaje a Roa (a 40 km).

14:30 a 16:15 horas: En Roa, almuerzo colectivo en el restaurante Asados Nazareno, con el siguiente menú:

  • Ensalada
  • Morcilla de cebolla
  • Lechado asado al horno de leña (1/4 para cada dos personas)
  • Postre especial de la casa El Hojaldre
  • Vino Ribera del Duero

16:30 a 17:30 horas: Viaje a Burgos (a 80 km)

17:30 a 18:00 horas: Llegada a Burgos, descarga de maletas y alojamiento en el Hotel Almirante Bonifaz (situado a 700 m de la catedral, andando aprox. 10 min)

18:15 a 18:30 horas: Desplazamiento andando al Museo de la Evolución Humana (a 300 m, aprox. 10 min).

18:30 a 20:00 horas: Llegada al Museo de la Evolución Humana, explicación en grupo (15 min) y después visita libre (aprox. 1 hora)

20.00 horas: Tiempo libre

Miércoles 31 mayo

8:15 a 9:15 horas: Desayuno en el Hotel

9:30 a 10:00 horas: Viaje en autocar a Ibeas de Juarros (a 20 km)

10:15 a 11:45 horas: Visita guiada al Centro de Acceso a los Yacimientos (CAYAC), del complejo de Atapuerca

Datos para la visita:

Se recomienda llevar visera o gorra y calzado cerrado fuerte.

12:00 a 12:15 horas: Desplazamiento en autocar al Centro de Arqueología Experimental (CAREX), en el mismo término municipal de Ibeas de Juarros (a 10 km)

12:15 a 13:30 horas: Visita guiada al Centro de Arqueología Experimental (CAREX), del complejo de Atapuerca.

13:30 a 14:00 horas: Desplazamiento en autocar a Cardeñajimeno (a 21 km)

14:00 a 15:30 horas: En Cardeñajimeno, almuerzo colectivo en Coco Restaurante, con el siguiente menú:

  • Entrantes: Surtido de ibéricos (paletilla, lomo chorizo, salchichón), ensalada de jamón de pato (con fruta variada y escarcha de micuit), croquetas caseras de lechazo, cazón en adobo (a la serrana)
  • Lubina a la naranja con ensalada
  • Tarta de hojaldre
  • Vino, copa de cava y café

15:30 horas: Salida en autocar al safari Paleolítico Vivo (a 20 km)

16:00 a 18:15 horas: Safari Paleolítico Vivo

18:30 horas: Salida en autocar a Burgos (a 20 km)

19:00 horas: Llegada a Burgos y tiempo libre

Jueves 1 junio

8:30 a 9:30 horas: Desayuno en el Hotel

9:30 a 10:00 horas: Salida definitiva del Hotel y carga de maletas en el autocar

10:00 a 12:30 horas: Visita guiada, andando, al Centro histórico y a la Catedral

12:30 a 13:30 horas: Tiempo libre para compras o paseo

13:30 horas: Salida en autocar, de regreso, a Lerma (a 40 km)

14:00 a 16:30 horas: Almuerzo colectivo en el restaurante del Parador de Lerma, con el siguiente menú:

– Verduras de la huerta de Villalmanzo, salteadas con jamón de la Sierra de la Demanda

– Pollo al chilindrón

– Tarta de queso zamorano

– Agua + copa de vino, cerveza o refresco

– Café o infusión

16:30 a 18:45 horas: Viaje de regreso (210 km) y llegada a Madrid



 

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