Esta será la tercera visita de la serie que tenemos programada para 2018. Tendrá lugar el viernes 16 de marzo, a las 11.45 horas, y en ella conoceremos la Fundación Menéndez Pidal. Nos reuniremos en la sede de la Fundación y la duración aproximada será de 1 hora y media.
La Fundación Ramón Menéndez Pidal está situada en Menéndez Pidal 5, una calle que se inicia a la altura de Alberto Alcócer 27. Se encuentra equidistante entre dos paradas de Metro: Cuzco (línea 10) y Colombia (línea 9).
La visita está abierta a socios de Trotea y a familiares o conocidos que les acompañen. Es necesario que confirméis vuestra asistencia con antelación, indicando vuestro nombre y el número de asistentes, a José Luis Díaz de Liaño (teléfono 666 353 221; correo electrónico jdl2008[arroba]hotmail.es).
El precio de la visita es de 8 euros por persona para los socios de Trotea y de 10 euros para los no socios. (Es una cifra algo superior a lo habitual, ya que simplemente la entrada a la Fundación son 5 euros para cada visitante.). Este precio lo abonaremos al llegar al punto de encuentro.
Para información más detenida sobre la visita, podéis seguir leyendo.
Vivienda y lugar de trabajo
La Fundación ocupa el chalé individual que fue vivienda y lugar de trabajo de Ramón Menéndez Pidal (1869-1968). Nacido en La Coruña, aunque residente en Oviedo durante la niñez, Menéndez Pidal pronto empezó su período de “castellanización”, como él lo llamó, puesto que, siguiendo a su familia, vivió sucesivamente en Sevilla, Albacete y Burgos. Ya en Madrid, en la Universidad fue discípulo de Marcelino Menéndez Pelayo y en 1899, a los treinta años, obtuvo la cátedra de Filología Románica, que conservaría hasta su jubilación.
Se iniciaron así unos años de afirmación personal y profesional, ya que en 1900 se casó con María Goyri, en 1902 fue elegido miembro de la Real Academia Española (luego sería su Presidente) y en 1910 obtuvo la dirección del Centro de Estudios Históricos, dependiente de la Junta de Ampliación de Estudios e inscrito, por tanto, en el ideario de la Institución Libre de Enseñanza.
Con este bagaje inició su magisterio como filólogo, historiador e investigador, tarea en la que incorporó a los estudios lingüísticos y literarios los métodos comparatistas e historicistas europeos, sentando las bases de la moderna filología hispánica y convirtiéndose en uno de los más prestigiosos romanistas de la época. Ese espíritu institucionista fue prolongado por su hija Jimena, destacada pedagoga.
La figura de Menéndez Pidal se agranda con los años. Sin él, dice Jon Juaristi, “no habríamos tenido un medievalismo digno de tal nombre, desconoceríamos o conoceríamos muy mal la historia de las lenguas peninsulares (no sólo la del español); la obra de Ortega y Gasset habría resultado gravemente mermadas y, desde luego, la generación del 27 no habría dado sus extraordinarios frutos ni en la poesía ni en la crítica”.
El chalé que vamos a visitar nos abre dos interesantes perspectivas. Por una parte, asomarnos al aspecto que tenía hace un siglo el término municipal de Chamartín de la Rosa, antes de ser incorporado a la ciudad de Madrid, caracterizado como estaba por la abundancia de fincas de recreo, de extensión mediana o grande, propiedad de la nobleza y la burguesía. Por otra parte, recordar la figura insigne de Ramón Menéndez Pidal.
En cuanto a lo primero, el chalé, construido en una finca de medianas dimensiones en los años iniciales del siglo XX, se concibió desde un principio como residencia y lugar de trabajo individual. En este sentido, es colindante con la finca del Olivar de Castillejo, sede de otra Fundación que ofrece entrañables programas de música o de teatro en las tardes de primavera.
En cuanto a lo segundo, la Fundación acoge el Archivo y la Biblioteca de Menéndez Pidal. El Archivo incluye materiales personales de don Ramón y de la Fundación (cartas, documentos personales, etc.), así como documentos de trabajo. Está distribuido en una serie de espacios diferenciados: Archivo del romancero, Epistolario, Archivo biográfico, Archivo de historia de la lengua española, etc.
La Biblioteca está estructurada asimismo en varios espacios: Biblioteca de autores clásicos, Biblioteca de autores modernos, Biblioteca del romancero, Biblioteca de revistas y libros de consulta, etc.
Tienen una significación especial dos recintos: el Despacho de Menéndez Pidal, que incluye el fichero con las fichas y notas de trabajo para la elaboración de la Historia de la lengua española, y el Despacho de María Goyri, con una pequeña colección de obras de consulta y parte del archivo personal de quien fue su esposa e investigadora eminente, la primera mujer española en obtener un doctorado en la Universidad Central de Madrid. ¡Una estupenda ocasión para revivir el disfrute del estudio!
Me llama la atención lo singular de esta casa. Es habitual ver por Asturias modelos de casas muy parecidas, claramente inspiradas unas en otras o porque coincidieron los mismos maestros de obras o artesanos. El chalé de José Rubio no se parece a ninguno otro que yo conozca en su entorno.
Una visita muy grata. Nos permitió acercarnos a algunos aspectos íntimos de una familia dedicada al estudio e imbuida del talante de la Institución Libre de Enseñanza. Nuestro agradecimiento a la Fundación por la cercanía del trato.
Pero ha quedado una pregunta en el aire: ¿Por qué la Universidad española no se «vuelca» (así, literalmente) en el apoyo a la Fundación que lleva el nombre de uno de sus mejores representantes? ¿Cómo no están digitalizados ya y disponibles para todos los entrañables archivos que tuvimos a ocasión de entrever?
Tengo interés en visitar la sede de la Fundacion, y mejor si la visita puede ser quitada. ¿Pueden darme datos para ello?