Publicado el 15 de noviembre de 2023.
Para los amigos del libro, esta visita constituye una ocasión de oro. Nos permitirá conocer una institución que tiene como objetivo, precisamente, “la protección del legado patrimonial bibliográfico municipal y su difusión”. Veremos auténticas joyas bibliográficas, algunas de ellas ligadas al origen de la imprenta en España. Y aprenderemos cómo funciona una institución más que centenaria.
Será la sexta visita de la serie que tenemos programada para 2023. Tendrá lugar el martes 21 de noviembre, a las 9.45 horas, y en ella conoceremos la Biblioteca Histórica Municipal, en el Cuartel del Conde Duque, calle del Conde Duque 9.
La visita está abierta a socios de Trotea y a familiares o conocidos que les acompañen. Debéis confirmar vuestra asistencia, no después del lunes 21 de noviembre, a José Luis Díaz de Liaño (teléfono 666 353 221; correo electrónico jdl2008@hotmail.es) . La visita será guiada por el personal del propio centro. Los socios tendremos que abonar 3 euros y los no socios 5 euros, en ambos casos en efectivo, en el momento de la visita.
Nos reuniremos frente a la puerta del Cuartel del Conde Duque, calle del Conde Duque 9, a las 9.45 horas. La estación de Metro más próxima es la de Ventura Rodríguez (línea 3), pero también es posible llegar por otros medios de comunicación.
Para información más detenida sobre la visita, podéis seguir leyendo.
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Impreso en 1503 en Alcalá de Henares
Situémonos en la Villa de Madrid (por entonces aún no era “Corte”) en los primeros años del siglo XVI. Desde 1477 los Reyes Católicos, juntos o por separado, han estado en ella en varias ocasiones, alojándose en el Alcázar o, con más frecuencia, en el palacio de los Lasso de Castilla, un inmenso edificio situado junto a la plaza de la Paja. En 1503 vuelven a la villa, en un momento de turbación personal de los monarcas, debido a la constatación de la enfermedad de su hija Juana, a la desconfianza con el marido de esta, Felipe el Hermoso, a los conflictos en Italia y al estado de salud de la propia reina, que fallecería al final del año siguiente. No obstante, la vida burocrática sigue e Isabel adopta un documento por el que se regula el registro público notarial y la expedición de copias autenticadas. En palabras llanas, un documento que regirá el funcionamiento del notariado durante más de tres siglos. Su publicación se hizo en dos fases: la primera el 7 de junio de 1503 por la propia reina con el aval y asesoramiento de los miembros del Consejo Real y la segunda el 10 de octubre del mismo año con la adición de dos amplios títulos complementarios de carácter supletorio, insertos por expreso mandato de la soberana en una compilación legislativa encomendada a su consejero y notario real Juan Ramírez.
Como recompensa, se concedió al propio Ramírez el privilegio de su impresión y venta, y él encomendó el trabajo a Estanislao Polono, “ynprimidor de libros”, es decir, tipógrafo polaco (de ahí su nombre) que ya había trabajado en Sevilla y que por entonces era el único que practicaba este oficio en Alcalá de Henares, al amparo de la próspera Universidad Complutense. En su taller se publicó la obra el 16 de noviembre con el título de Libro de bulas y pragmáticas de los Reyes Católicos. Ramírez puso su firma autógrafa de autenticación y propiedad en todos los ejemplares y Polono cerró la compilación estampando su marca de imprenta.
El libro no fue, desde luego, el primero impreso en España, ya que este mérito le corresponde a la publicación (en 1472) de las actas de un sínodo celebrado en el pueblo segoviano de Aguilafuente, pero es un incunable de alto valor que se conserva en la Biblioteca que vamos a visitar.
Miles y miles de joyas bibliográficas
Y no es el único. La Biblioteca cuenta con más de 237 000 volúmenes de obras manuscritas e impresas entre los siglos XV y XXI. De ellas, 14 son incunables (entendiéndose por tales, en general, los libros impresos en el siglo XV o en los años iniciales del siglo siguiente) y más de 500 se imprimieron en el siglo XVI, siendo algunas ejemplares únicos o primeras ediciones de obras de los grandes autores del Siglo de Oro. En la Biblioteca se conserva, por ejemplo, como uno de sus más preciados recursos un total de 23 autos sacramentales autógrafos de Calderón.
Merece una mención especial la rica colección de obras que se imprimieron en las décadas siguientes a la invención de la imprenta de tipos móviles por Gutenberg en 1440. Conocidos en su tiempo como “libros de molde” para diferenciarlos de la tradicional “escritura de mano”, es decir, de los tradicionales manuscritos, los que aparecieron en esa primera época procedían sobre todo de Italia o de Alemania, y varios de ellos se custodian en la Biblioteca. Entre ellos cabe distinguir, por ejemplo, Danthe Alighieri fiorentino historiado, comentado por Cristoforo Landino e impreso en Venecia en 1507 por Bartholomeo de Zanne; asimismo Le imprese illustri, de Girolamo Ruscelli, con bellos emblemas y escudos grabados, publicado en la misma ciudad en 1572, y Annales rerum belli domique ab Austriacis Habspurgicae gentis Principibus, à Rudolpho primo, vsq[ue] ad Carolum V. gestarum …, de Gerardus de Roo, impreso en 1592 en Innsbruck (Austria) y compuesto principalmente por retratos y árboles genealógicos estampados a partir de atractivos grabados en madera e iluminados a la aguada.
Hay también interesantes ejemplares publicados algo más tarde en talleres españoles, como el Libro intitulado los problemas de Villalobos y asimismo Los quatro libros primeros de la Cronica general de España, recopilados por Florián de Ocampo, ambos impresos por Juan Picardo en Zamora en 1543; o Marco Aurelio con el Relox de Principes, de Antonio de Guevara, impreso en Sevilla por Juan Cromberger en 1531, que alcanzó gran éxito. Del taller madrileño de Guillermo Drouy, que estuvo activo en las dos últimas décadas del siglo XVI y que tiene acreditadas más de una docena de publicaciones, proceden Los sonetos y canciones del poeta Francisco Petrarcha, impreso en 1591, e Historia de la rebelion y guerras de Flandes, de Antonio Trillo, que vio la luz un año más tarde.
Mesonero Romanos, impulsor y primer director
La Biblioteca tiene su origen en la idea de formación de una colección de libros sobre Madrid. Institucionalmente, se creó por acuerdo del Ayuntamiento de la Villa de 14 de febrero de 1876 como “dependencia absolutamente separada del Archivo…». En esta decisión tuvo un papel fundamental Ramón de Mesonero Romanos, escritor costumbrista que había sido concejal del Ayuntamiento y era cronista mayor de la Villa desde hacía más de diez años. Fue nombrado además primer director de la institución. Justamente a su fallecimiento fue adquirida por el Ayuntamiento una parte importante de su biblioteca particular como lote fundacional de la institución que nos ocupa, que se ha ido enriqueciendo después con compras y donaciones de distintas instituciones y personalidades.
En 1990 se convirtió en Biblioteca Histórica Municipal, que es su designación actual, por escisión de las competencias que venía asumiendo desde su fundación en dos instituciones diferentes: por una parte las Bibliotecas Públicas Municipales y por otra la Biblioteca Histórica propiamente dicha, constituida como centro de investigación con el objetivo prioritario de la protección del patrimonio bibliográfico municipal y su difusión.
Un patrimonio organizado en colecciones
Está organizada por colecciones, siendo las más importantes las siguientes: Madrid, Teatro y Música (manuscritos e impresos de los siglos XVII a XIX), Bio-bibliografía (Colección Beltrán), Paremiología, Raros, Veterinaria, Guerra Civil Española (Colección Tomás Borrás), Lope de Vega, Cervantes y Toros.
A lo largo del tiempo ha estado instalada en diversos lugares: en la Casa de la Villa, es decir, en la primera sede que tuvo el Ayuntamiento en la plaza de la Villa, luego en la Casa de la Panadería (en la plaza Mayor), después en la Escuela Modelo (construida a finales del siglo XIX en la plaza del Dos de Mayo y luego demolida) y asimismo en el Hospicio de San Fernando (actual Museo de Historia Madrid, en la calle de Fuencarral). En 1990, al independizarse de la red de Bibliotecas Públicas, se trasladó a su sede actual en el Cuartel del Conde Duque.
La institución ha sido dirigida por personalidades como el ya citado Ramón de Mesonero Romanos y luego, entre otros, por Carlos Cambronero (historiador y ensayista, durante largos años cronista mayor de la Villa, que gestionó la publicación en 1902 del único catálogo impreso de la biblioteca) y por Manuel Machado (hermano de Antonio), que ejerció el cargo hasta su muerte en 1947.
La Biblioteca presta los servicios propios de los centros especializados de este tipo:
- Servicios de información bibliográfica, consulta de fondos, reprografía, préstamo para exposiciones, visitas guidas y desiderata (sugerencia de compra de fondos)
- Digitalización en marcha de sus fondos, estando ya disponibles más de 5 000 ejemplares (como los 23 autos sacramentales de Calderón de la Barca)
- Publicación de distintos catálogos y folletos informativos
- Realización de exposiciones virtuales
Una joya, en resumen, para los amigos del libro.