Textos ganadores del VII certamen de microteatro


Publicado el 30 de diciembre de 2024.

A continuación publicamos las obras que han resultado premiadas en la séptima edición del Certamen de textos para microteatro Fernando Luciáñez Trotea, entre los más de 150 textos presentados a esta nueva edición del concurso.

Los ganadores son Pedro Catalán García (primer premio), de Madrid, por la obra Viejos amigos; Manuel Villa-Mabela (segundo premio), de Madrid, con su obra Dieta Radical; y Jesús Castillón Motta (tercer premio), de Sant Cugat del Vallés (Barcelona), con la obra La llamada.

El jurado, reunido el lunes, 23 de diciembre de 2024 estuvo compuesto por Enrique Patiño, Rosa Gómez, Iván Arroyo, Miguel Torres y José Luis Checa.

Para más información, consulten este enlace.


PRIMER PREMIO

Viejos amigos,

de Pedro Catalán García (Madrid, 1956), licenciado en Geografía e Historia por la Universidad Complutense de Madrid y Máster en Escritura de Guiones Cinematográficos por la Universidad Autónoma de Madrid. Autor, entre otros libros, de Un poco de teatro, por favor, y de la monografía Fernando Mignoni, escenógrafo, sus obras teatrales, como Butterfly o Cien gramos de esperanza, han sido estrenadas, publicadas y premiadas (esta última, distinguida en el primer certamen de obra para microteatro Trotea, en 2019). Es socio de la Asociación de Autores de Teatro (AAT) y miembro de la Academia de las Artes Escénicas.

***

Personajes:

D. MANUEL: Empresario jubilado, pintor aficionado y melómano, 84 años.

Dª PURA: Aristócrata, mujer de D. MANUEL, 82 años.

PABLO: Fisioterapeuta, melómano, 49 años.

FAUSTINA: Cubana, criada interna de la familia y cantante aficionada, 52 años.

JORNADA ÚNICA

Casa de una familia andaluza acomodada. En una sala amplia y confortable, D. MANUEL permanece sentado en una silla de ruedas. Cerca hay un equipo de música, una mecedora, un caballete con un cuadro de un paisaje a medio acabar, paleta, pinturas, una estantería con libros, y una mesita auxiliar con varios periódicos y libros encima. En otra mesa hay un jarrón con flores. En la pared hay un calendario con las hojas de papel, bien visible, y que FAUSTINA, cuando se indique, va arrancando poco a poco para señalar el paso del tiempo. D. MANUEL escucha atentamente a PABLO mientras le realiza la sesión de ejercicios de rehabilitación en piernas y brazos.

PABLO: (Flexionando las rodillas a D. MANUEL.) Puccini había ido a Londres en 1900 para el estreno de Tosca… En esos días fue al teatro para ver una obra titulada Madam Butterfly… A pesar de que Puccini no sabía inglés, quedó entusiasmado con la historia que acababa de ver y entró súbitamente en el camerino para pedirle a David Belasco, que era el autor, que le cediera los derechos para hacer una ópera…

D. MANUEL: Y de ahí surgiría esa maravilla que es Madama Butterfly…

PABLO: Así es, D. Manuel… Y esa maravilla se estrenó en 1904 en Milán…

D. MANUEL: En la Scala…

PABLO: Eso es, en la Scala… Pero al principio no tuvo éxito… Puccini escribió hasta cinco versiones de la ópera… Y hasta hoy…

D. MANUEL: ¡Qué barbaridad… Cinco versiones!… Le aseguro Pablo que da verdadero gusto escucharle esas historias que me cuenta…

Entra Dª PURA, alta, elegante, con mucha clase, estirada, imperturbable, con un cigarrillo en la mano y un bastón con empuñadura dorada en la otra, atraviesa la sala. Se detiene en el centro y, tras una breve calada al cigarrillo, le habla a su marido de manera pausada, tranquila, con mucha flema. PABLO observa los ejercicios con las piernas que hace D. MANUEL por indicación suya.

Dª PURA: Manué…

D. MANUEL: Qué…

Dª PURA: Ha llamado Mariví…

D. MANUEL: ¿Y qué dice?…

Dª PURA: Que se ha muerto Carlos Balboa…

D. MANUEL: ¿Carlos Balboa?…

Dª PURA: El marido de Elvira Lasarte, el del banco Urquijo…

D. MANUEL: ¡Ah, Carlitos!… ¿Qué le ha pasado?…

Dª PURA: Al parecer, un catarro mal curao

D. MANUEL: ¡Vaya por Dios!… ¿Cuántos años tenía?

Dª PURA: Ciento cuatro…

D. MANUEL: ¡Caray,… cada vez nos vamos muriendo más jóvenes!…

Dª PURA: Tendremos que llamar a Elvira…

D. MANUEL: Sí, y envíale una tarjeta de felicitación…

Dª PURA: Querrás decir de pésame…

D. MANUEL: No, de felicitación, por haberlo aguantado tantos años…

Dª PURA: ¡Qué cosas se te ocurren!… Voy a escribirle cuatro líneas… ¡Pobre Elvira!…

Entra FAUSTINA, con su uniforme, con dos frascos de cristal con especias agitándolos como si fueran unas maracas, y canta y se mueve con gracia. Si es posible, suena la música de fondo de la canción:

Esta noche sales con Faustina,

vas con ella a bailar baión,

esa danza alegre que fascina.

Ay, Faustina de mi vida,

Ay, Faustina de mi amor.1

[1 “Faustina”, canción interpretada por Juanita Cuenca.]

D. MANUEL y PABLO, cada vez que aparece FAUSTINA cantando y bailando, sonríen y le siguen el ritmo, cada uno a su manera, hasta que sale de escena.

FAUSTINA toma del brazo a la señora y Dª PURA sale de escena con ella y con su inseparable cigarrillo.

FAUSTINA: (Con gracioso acento cubano.) Señora, la llaman por el celular… (Salen.)

D. MANUEL: Me encanta esta mujer, qué gracia tiene, se pasa el día cantando…

PABLO: Y se ve que tiene estilo…

D. MANUEL: (Retomando la información que le ha dado Dª PURA y ahora haciendo ejercicios con unas pesas en las manos.) Carlitos Balboa era terrible… Fue consejero del banco durante muchos años… Pero tenía una mala leche… Era granaíno,… de la sierra…

Entra DOÑA PURA, con igual porte, por la izquierda. Se detiene en el centro y, tras una breve calada al cigarrillo, le habla a su marido.

Dª PURA: Manué…

D. MANUEL: Qué…

Dª PURA: Ha llamado Rosa María…

D. MANUEL: ¿Y qué dice?…

Dª PURA: Que se ha muerto Jaime Alvear…

D. MANUEL: ¿Jaime Alvear?…

Dª PURA: El marido de Luisita, el del banco Hispano-Americano…

D. MANUEL: ¡Ah, Jaimito!… ¿Qué le ha pasado?…

Dª PURA: Una hemorragia,… de repente…

D. MANUEL: ¡Vaya por Dios!… ¿Cuántos años tenía?

Dª PURA: Noventa y seis…

D. MANUEL: (A PABLO.) ¿No le dije?… En la flor de la vida… (A Dª PURA.) Dile a Faustina que le mande un crismas por Navidad…

Dª PURA: Voy a llamarla ahora mismo… ¡Pobre Luisita!… (Sale por la derecha.)

FAUSTINA atraviesa la escena con unas velas, quita varias hojas del calendario y canta con el mismo juego teatral de antes.

FAUSTINA: Si esta noche sales con Faustina

te podría doler la cabeza,

te aconsejo lleves aspirina.

Ay, Faustina de mi vida,

Ay, Faustina de mi amor.

D. MANUEL: ¡Quién te iba a decir a ti que iban a componer una canción con tu nombre!

FAUSTINA: ¡Ay, sí, señor!… ¡Que me hace mucha ilusión!… Mi abuela la pobre, que ya murió allá en La Habana, también se llamaba Faustina… Por ella es que me pusieron el nombre…

PABLO: Muy bonito, Faustina, muy bonito…

FAUSTINA: Muchas gracias, señor, muchas gracias… (Sale.)

PABLO: (Volviendo la atención a D. MANUEL.) Ahora con la banda elástica… Como el último día… (Le entrega la banda.)

D. MANUEL: De tres años para acá, la mitad de los nombres que aparecen en las esquelas del ABC son amigos, conocidos o parientes míos… Yo tenía un amigo que se llamaba Giuseppe Fracasso, porque era italiano, pero todos le decíamos Peppe, y era director de la compañía de seguros La Gloria,… y en los entierros me decía: “Manuel,… nacemos para morir”… Y qué razón tenía… Estábamos muy tristes, pero cuando ya nos marchábamos del cementerio, Peppe me señala una lápida que ponía: “No me esperes a cenar”… (D. MANUEL, como un niño, empieza a reír despacito hasta que estalla en una risa floja que contagia a PABLO, y los dos ríen a mandíbula batiente.)

D. MANUEL: (Entre risas, apenas puede hablar.) No me esperes a cenar, dice… Coño, ni a comer tampoco… (Se parten de risa. Poco a poco la risa va cesando y se limpian las lágrimas.)

Entra de nuevo Dª PURA, ahora por la derecha. Mismo juego teatral.

Dª PURA: Manué…

D. MANUEL: (Recuperándose todavía de la risa.) Qué…

Dª PURA: Ha llamado Mariví…

D. MANUEL: ¿Y qué dice?…

Dª PURA: Que se ha muerto Carlos Balboa…

D. MANUEL: ¿Carlos Balboa?… ¿Otra vez?… ¿Pero no se murió ya el mes pasado?…

Dª PURA: ¿Ah, sí?… Es que hoy no tengo muy bien la cabeza… Entonces no sería Mariví, sería Claudia…

D. MANUEL: ¿Y quién se ha muerto?…

Dª PURA: Gómez.

D. MANUEL: ¿Qué Gómez?

Dª PURA: El perro…

D. MANUEL: ¿El perro se llamaba Gómez?

Dª PURA: Sí. Se ve que a Claudia le hacía mucha gracia llamarlo Gómez,… un sambernardo precioso… Como no tuvieron hijos…

D. MANUEL: ¿Y era muy viejo?

Dª PURA: Cincuenta y dos años.

D. MANUEL: ¡En la flor de la vida!… ¡En fin,… qué le vamos a hacer!…

Dª PURA: Voy a escribirle cuatro líneas… No sé si le harán funeral…

FAUSTINA viene a buscarla y Dª PURA sale en su compañía.

FAUSTINA: Señora, échele un vistazo al guiso… (Salen.)

Los ejercicios de D. MANUEL van variando.

D. MANUEL: ¿Qué novedades musicales me trae usted hoy?

PABLO: Una ópera… Estuve el viernes…

D. MANUEL: ¿Cuál?

PABLO: Las bodas de Fígaro…

D. MANUEL: De Mozart.

PABLO: Sí, señor.

D. MANUEL: (Irónico.) No era mal músico ese Mozart…

PABLO: (Igual.) No, hizo algunas cosas que no estaban mal…

D. MANUEL: A mí me gusta más Beethoven… ¡La novena sinfonía!…

PABLO: ¡Fantástica!

D. MANUEL: No, la Fantástica es de Berlioz…

PABLO: Por supuesto,… quería decir…, bueno, es igual… (Ríen.)

D. MANUEL: Ayer escuché el concierto de La 2… Era una sinfonía de Rajmáninov… Dígame, Pablo… El señor que toca el triángulo en la orquesta… ¿cobra lo mismo que los demás músicos…sólo por hacer tin, tin dos veces en todo el concierto?…

PABLO: Sí, don Manuel, porque el que toca el triángulo es un percusionista, y en esa obra tocará un poquito, pero en otra obra le corresponderá tocar más tiempo y otro instrumento… ¿Conoce la anécdota del encuentro de Rajmáninov con Tolstoi?

D. MANUEL: Cuéntemela…

PABLO: Rajmáninov atravesaba un período improductivo, artísticamente hablando, y bajo de moral, tras el cual pudo componer una pieza… Fue a visitar a Tolstoi y la interpretó… Al finalizar, Tolstoi le preguntó: “Y esta música, ¿para qué sirve”… Lo que hundió un poco más al depresivo compositor…

D. MANUEL: Pobre hombre… Le pasaría lo que a mí cuando el viernes me tocó escuchar música de esa que suena… (Gesticulando con los brazos.) Po… pi… popo… pi… plin… plin…

PABLO: Sería música contemporánea…

D. MANUEL: ¿Eso se llama así?

PABLO: Sí…

D. MANUEL: Eso no tiene ni pies ni cabeza… Donde esté la música clásica que se quite todo lo demás… Mi instrumento preferido es el piano… Pero qué difícil debe ser tocarlo bien…

PABLO: (Irónico.) No, sólo hay que pulsar la tecla apropiada en el momento oportuno… La trompa, con tres pistones, también es muy difícil de tocar…

D. MANUEL: Pero muy fácil de coger… (Ríen.) Una vez Pura y yo fuimos a Múnich y estuvimos en casa de un buen cliente de la empresa, y su mujer era alemana y pianista… Por la tarde, se sentó al piano y nos dijo: (Exagera el acento alemán.) “Les voy a tocar una sonata de Beethofen”… Al parecer en alemán se pronuncia Beethofen…

PABLO: Sus motivos tendrán… (Le corrige algunos ejercicios.) ¿Tienen planes para este verano?…

D. MANUEL: Yo no, pero le he dicho a mi mujer que se vaya de vacaciones… Que se marche unos días con una de nuestras hijas al apartamento de la playa,… que ella allí se entretiene con las amigas… A mí es que no me gusta la playa,… me aburre… ¿Y sabe lo que dice ella?…

PABLO: ¿Qué?

D. MANUEL: Que cómo me va a dejar aquí solo… Ya ve usted, como que si me pasara cualquier cosa ella podría hacer algo por mí,… si está peor que yo…

PABLO: Bueno, ella lo dice con la mejor intención…

D. MANUEL: ¿Sabe cuántos años llevamos juntos?

PABLO: Más de cincuenta…

D. MANUEL: Sesenta y cuatro años,… se dice pronto…

PABLO: Toda una vida…

D. MANUEL: Sí, señor, toda una vida, como el bolero,… desde que éramos unos críos…

PABLO: Ahora ya no aguantan tanto…

D. MANUEL: ¿Querrá creer que en tantos años no hemos tenido una discusión?

PABLO: Ya es difícil…

D. MANUEL: Desde el principio de casados apliqué el consejo de un amigo: “Manué, no presentes nunca batalla, porque de seguro que la tendrás perdida… Te lo digo yo…”

PABLO: Sabio y prudente consejo…

D. MANUEL: No lo sabe usted bien… Era Agustín Guzmán, andaluz de Jaén, y su mujer era una sevillana tremenda… Tremenda, diabética e hipertensa,… por eso lo decía el pobrecito… Ahora, eso sí, en cuarenta y cinco años de casados, nunca discutieron…

FAUSTINA entra con un ramo de flores y lo cambia por el que había en el jarrón. Usa las flores como maracas, con el mismo juego teatral de antes:

FAUSTINA: (A D. MANUEL y PABLO, divertida.) Bueno, mis chicos, a ver si se animan, que están hoy muy mustios, como las flores… (Canta.)

Con bolero y con baión, Faustina,

con el mambo y con el fox, Faustina,

con la conga y con el vals, Faustina,

Ay, Faustina de mi vida,

Ay, Faustina de mi amor.

Cantan los dos al unísono:

D. MANUEL y PABLO: Ay, Faustina de mi vida,

Ay, Faustina de mi amor.

Sale FAUSTINA riendo, pero antes quita unas cuantas hojas del calendario.

D. MANUEL se levanta de la silla y hace otros ejercicios con la banda.

D. MANUEL: Es la bomba esta mujer… Me recuerda mi infancia… De chico, cuando me ponía malo, llamaban al médico, que era un primo mío, mayor que yo,… pero que tenía de médico lo que yo de taxista,… y aunque me dolieran las anginas él lo arreglaba todo con lavativas… Que le duele la garganta al niño,… lavativa que te crió… ¿Pero qué tendrá que ver una cosa con la otra?… Para eso estaba Dolores, la niñera, que me consolaba…

PABLO: ¿Sabe usted que a Luis XIV le administraron en sus últimos años más de dos mil lavativas?

D. MANUEL: ¡Caramba, sí que iría limpio el hombre!

PABLO: Además, no tenía inconveniente en que se las administraran mientras recibía a los embajadores de otros países…

D. MANUEL: Qué imagen tan desagradable se llevarían del rey….

PABLO: Pero muy higiénica…

D. MANUEL: Una vez vinieron unos amigos invitados al cortijo,… los marqueses de no sé qué,… ya ni me acuerdo… Y nosotros aún no habíamos llegado… Y el marqués, que tenía una urgencia, le preguntó a unos de los obreros por el retrete… Y el hombre, con toda su buena voluntad, le respondió… ”¿En la finca La Solana… váter?… ¿Ve usted todo este terreno?… Pues de aquí hasta Cádiz todo es váter…”

PABLO: Sitio no le faltaba…

FAUSTINA atraviesa la escena con un candelabro y arranca varias hojas del calendario.

PABLO: (Aludiendo al lienzo que hay en el caballete.) Qué, D. Manuel, ¿no se anima a terminar el cuadro?… Ya le queda poco y es un paisaje muy bonito…

D. MANUEL: (Mira el cuadro.) Cuando cojo el pincel me tiembla el pulso y no puedo seguir… A medida que los años avanzan, el cuerpo retrocede… Pablo…

PABLO: (Se sienta en otra silla.) Diga, don Manuel…

D. MANUEL: ¿Cuánto tiempo hace que nos conocemos?

PABLO: En abril hará diez años…

D. MANUEL: Diez años… Y en todo este tiempo ¿no se ha dado usted cuenta de una cosa?

PABLO: ¿De qué, don Manuel?

D. MANUEL: De que usted es el único que me escucha…

PABLO: No diga usted eso… Tiene a su mujer,… a sus hijas,… sus amigos,… a Faustina…

D. MANUEL: (Hace un gesto negativo agitando la mano.) Mi pobre Pura ya no tiene la cabeza en su sitio,… sólo me da el parte de las esquelas,… cuando se acuerda… Mis hijas llaman por teléfono,… sí,… para decirme que este fin de semana tampoco podrán venir porque les ha surgido un imprevisto en Ibiza… De mis amigos, muchos ya se han muerto, y los que quedan están peor que yo, y sólo quieren contar sus achaques… Y Faustina,… Faustina tiene el cuerpo aquí y la cabeza en La Habana,… le dices una cosa y hace la contraria… Es de risa… Lo suyo es cantar… En cambio, usted,… usted es un amigo… (Le coge la mano con afecto.)

PABLO: Muchas gracias, don Manuel… Disfruto mucho escuchándole… todas las cosas que me cuenta de su vida, sus anécdotas, su familia, su trabajo… Es una historia fantástica…

D. MANUEL: Y yo también disfruto con sus lecciones… He aprendido a escuchar la música, que antes no sabía, y eso me lo ha enseñado usted… Y no sabe cuánto se lo agradezco… Antes no apreciaba la voz humana, pero ahora me conmuevo con las arias de la Reina de la Noche, o de Rigoletto, o de Tosca… Mozart, Verdi, Puccini… Es algo sublime…

PABLO: Me alegro mucho… Sólo hay que poner un poco de atención al escuchar…

D. MANUEL: ¡Y tener sensibilidad!…

PABLO: Y tener sensibilidad,… como para todas las cosas importantes de la vida…

D. MANUEL: Pablo, a mí ya me queda poco,… ya llevo mucho vivido, y todos los días doy gracias a Dios,… porque lo que más valoro de mi enfermedad es que, gracias a ella, he tenido la suerte de conocerlo a usted… Y eso no tiene precio…

PABLO: Muchas gracias, D. Manuel… A usted todavía le queda mucho por delante… En cuanto se recupere, nos veremos en los conciertos del Auditorio…

D. MANUEL: ¡Ojalá!…

PABLO ha terminado los ejercicios, recoge el material y se despide.

PABLO: Bueno, por hoy hemos terminado, D. Manuel… Está usted fenomenal…

D. MANUEL: Muchas gracias, Pablo, hasta la semana que viene…

PABLO: Adiós, D. Manuel… (Se estrechan las manos. PABLO hace mutis.)

FAUSTINA atraviesa la escena con un orinal y arranca más hojas del calendario. En una de estas hojas se lee: 30 de Febrero. Entra Dª PURA.

Dª PURA: Manué…

D. MANUEL: Qué, Pura…

Dª PURA: Que me he muerto…

D. MANUEL: ¡Qué tonterías dices!

Dª PURA: Que sí, que es verdad, que me he muerto… Que me ha llamado Milagros Vargas y dice que ha leído mi esquela en ABC…

D. MANUEL: Ni Milagros, ni tú estáis bien de la azotea… Anda, vete con Faustina… (Llamando.) ¡Faustina, acompañe a la señora, que no se encuentra bien…

Dª PURA: Ea, Manué,… me voy pa la tumba, no se me vaya a hacer tarde y la cierren… (FAUSTINA acompaña, resignada, a Dª PURA. Cuando van a salir, Dª PURA se vuelve un poco.) Y que no se te olvide ponerme en la lápida: “Tus abuelos no te olvidan”…

FAUSTINA: (Conteniéndose la risa. Gesto de resignación de D. MANUEL.) Vamos, señora, que le voy a preparar una infusión de menta y poleo, de las que a usted le gustan…

Dª PURA: Y échele un chorrito de anís, Faustina…

FAUSTINA atraviesa la escena con una taza humeante. Transición. Al poco entran Dª PURA y FAUSTINA apuradas.

Dª PURA: Manué…

D. MANUEL: ¿Otra vez?… ¿Y ahora quién se ha muerto?

Dª PURA: Ay, Manué, me da miedo hablar…

D. MANUEL: (Preocupado.) ¿Miedo?… ¿Por qué, Pura?

Dª PURA: Es Pablo…

D. MANUEL: ¿Pablo?… Hoy no le toca venir a Pablo… Está de vacaciones…

Dª PURA: Ya lo sé Manué, pero me han llamado…

D. MANUEL: ¿Quién ha llamado?… ¿Pablo?… Alguna cosa querrá, digo yo…

Dª PURA: No,… me ha llamado su mujer…

D. MANUEL: ¿Le ha pasado algo?

Dª PURA: Ay, Manué, no me queda más remedio que decírtelo…

D. MANUEL: (Asustado, se levanta.) ¿Qué ha pasado Pura, qué ha pasado?

Dª PURA: Manué,… Pablo… ha muerto…

D. MANUEL: (Desolado.) ¿Qué me dices?…

Dª PURA: Ha llamado su mujer… Se ha muerto…

FAUSTINA: Ay, sí, señor, que la señora dice la verdad… He contestado al teléfono y era Rocío,…la mujer del masajista,… que ha tenido un derrame cerebral,… así, de pronto,… en la calle…

D. MANUEL: ¡Dios mío, Dios mío!… ¿Por qué no me han avisado antes, por qué?…

Dª PURA: Los médicos no han podido hacer nada…

D. MANUEL: ¡Dios mío, mi Pablo, mi Pablo!… (Llora desconsoladamente.)

Dª PURA: (Abrazándolo.) Cálmate, Manué, cálmate, por Dios…, con lo que tú lo querías…

D. MANUEL: ¡Ay, Pura, qué voy hacer yo ahora, qué voy a hacer sin él!…

Dª PURA: ¡Qué fatalidad tan mayúscula!…

D. MANUEL: ¡No era un masajista!… ¡No era un fisioterapeuta!… ¡Era un amigo!… ¡¡Era mi amigo!!…

FAUSTINA: Cálmese, señor, nosotras no queríamos ofenderlo…

D. MANUEL: (Abatido.) ¡Ay, Faustina, qué desgracia!… Pablo, que era más joven que yo, es el que se ha marchado, y yo, un viejo, todavía sigo aquí… La vida es injusta… Y también la muerte es injusta…

FAUSTINA: No diga eso, señor… Dios dispone…

D. MANUEL: (Turbado.) La soledad es la peor compañía,… y lo peor de la muerte, el olvido… Faustina…

FAUSTINA: Señor…

D. MANUEL: ¿Usted se acuerda de cuál era la música que más nos gustaba a él y a mí?

FAUSTINA: Sí, señor,… cómo no lo voy a saber si estaban todo los días escuchándola…

D. MANUEL: Hágame un favor, Faustina… Póngala, póngala ahora mismo, que la quiero escuchar…, así, al menos, siempre le recordaré…

FAUSTINA enciende el aparato de música y suena la parte coral del final de la 9ª Sinfonía de Beethoven “La oda a la alegría”. D. MANUEL solloza y se cubre la cara con las manos. Dª PURA y FAUSTINA, cada una a un lado, le pasan sus brazos por los hombros. La música sube de intensidad mientras en la escena se hace el

OSCURO

ACTA EST FABULA


SEGUNDO PREMIO

Dieta Radical,

de Manuel Villa-Mabela, licenciado en Historia, ha dirigido varias revistas de arte y empresas, colaborando en distintos medios de radio, prensa y crítica artística. Ha recibido diferentes premios, entre los teatrales, señalamos: Premio Dramaturgo José Moreno Arenas; Finalista y Mención Especial del Jurado en el V Premio El Espectador Teatral; Premio en el V Certamen de Teatro Animasur del Teatro Estable de Leganés; Premio en el VIII Certamen de Teatro Mínimo Rafael Guerrero de Chiclana (Cádiz) y Premio del Ayuntamiento de Madrid Teatro Exprés. Ha sido estrenado dentro y fuera de España.

***

Una mujer, alrededor de la cuarentena y, tal vez, con cierta generosidad en su peso, entra decidida en una cafetería que está echando el cierre. Lleva varias bolsas colgando de los brazos: alguna con ropa, zapatos, una pistola, productos dietéticos y, una de ellas, contiene una pequeña báscula que la mujer saca y coloca sobre el suelo para pesarse, dejando las bolsas repartidas de cualquier manera. Una vez pesada y con mal gesto, recoge como puede las bolsas y empuja rabiosa la báscula con el pie. Un camarero atiende el local. Aparenta entre los cuarenta y cincuenta años

CAMARERO

(Sin apenas mirar a la clienta que acaba de entrar) Vamos a cerrar, señora.

MUJER

(Busca con urgencia entre las bolsas y saca una pistola. Habla y apunta de forma convincente al camarero) Me va a poner un café.

CAMARERO

(Sorprendido y asustado al contemplar a la señora con una pistola en mano) Lo quiere solo, cortado, americano….

MUJER

La verdad es que no tengo ganas de nada

CAMARERO

¿Un vasito de agua? ¿Un Valium?

MUJER

Nada. Aquí me quedo sin consumir

CAMARERO

Quiero informarle que la caja está vacía y si no cierro el negocio hoy lo cerraré mañana (La mujer se sienta sin apartar la pistola del camarero y se quita los tacones de aguja mientras busca entre las bolsas unas zapatillas) Robarme a mí es peor que robar en una vivienda de protección oficial.

MUJER

¡Qué gusto! ¡Quién te va a robar a ti, pringao? Me estaban matando los tacones, pero claro cómo me quedan tan estupendamente a ver quién no se los pone

CAMARERO

Tiene su lógica

MUJER

No me gusta este garito.

CAMARERO

Está a tiempo de trasladarse a otro negocio más postinero.

MUJER

A punto he estado de meterme en un todo a cien, lleno de pasillos secretos y personajes siniestros

CAMARERO

Pues aún no es tarde para experimentar nuevos universos

MUJER

El problema es que había dos vecinas haciendo cola en la caja. Si me ven entrar pensarían que estoy en las últimas.

CAMARERO

Si ellas están ya dentro, no podrán criticarla mucho, digo yo

MUJER

Ya ni se acercan a misa de una por no tener que ponerse

CAMARERO

Hay que saber perdonar

MUJER

Todo os vale a los hombres y, además, tan felices sin menopausia, con la asquerosa barriguita cervecera a cuestas y anclados a vuestra adolescencia.

CAMARERO

Yo no soy una persona muy exigente

MUJER

Sois un experimento de la naturaleza que debemos soportar y educar las mujeres. Nosotras queremos hombres a nuestro lado, no post adolescentes, sin desembalar emocionalmente.

CAMARERO

¿Pero qué tengo yo que ver con todo esto que me cuenta? Parece que esté describiendo el apocalipsis

MUJER

Me resultas patético. Anda, coge con mucho cuidado, la bolsa naranja y saca lo que tiene (El camarero la coge y saca una blusa) ¿Qué te parece?

CAMARERO

¿No me lo preguntará en serio?

MUJER

No vas a perder tu virilidad por opinar sobre una blusa ¿Te gusta?

CAMARERO

Bueno, es bonita, una blusa azul

MUJER

¿Azul? Dices; azul.

CAMARERO

Yo la veo azul o medio azul. No pontifico

MUJER

La blusa es color índigo. Media mañana buscando un color índigo y se te ocurre decir que es azul ¿No tienes ojos? ¿Tienes algún problema de impotencia?

CAMARERO

Índigo, es índigo, confieso que es índigo. Acabe de atracarme y váyase a su casa

MUJER

¿Pero tú con quien te crees que estás tratando? Yo no te estoy atracando

CAMARERO

¿No lo está haciendo?

MUJER

Claro que no

CAMARERO

Por lo menos, será un atraco light

MUJER

Esto es una experiencia sanitaria alternativa. Yo nunca te atracaría. Yo soy una señora.

CAMARERO

Yo solo veo que tiene una pistola en la mano y mucha mala leche no resuelta

MUJER

Natural, no soy feliz.

CAMARERO

Pues tómese unas pastillas como hace todo el mundo.

MUJER

Mira que pensar que soy una vulgar atracadora. Me hubiera pasado toda una tarde arreglándome para robarte, no, querido homínido, no. Piensas que me visto así de monísima para salir a comprar la fruta y la verdura. Decididamente los hombres no valéis ni para premio de consolación.

CAMARERO

Me está liando, señora y le comunico que soy cardiaco. No quiero disgustos.

MUJER

Estoy aquí por una razón de peso. A ver, acércame la báscula con cuidado, no la maltrates, que es de última generación.

CAMARERO

Es la primera vez que me roban con una báscula de baño como mascota.

MUJER

Anda, retírate, un poco más. No me obligues a disparar al aire (La señora se pesa) ¡Vaya mierda de terapia!

CAMARERO

Se lo juro por lo que más quiera. Yo no tengo culpa ninguna.

MUJER

Quédate ahí y no te muevas (Busca su móvil y llama) Todo son promesas, mentiras y luego cuando ya has pagado la factura te encuentras que el servicio postventa no funciona. Me quieres explicar por qué me miras tanto. ¿Seguro que estás pensando que estoy gorda?

CAMARERO

Yo no pienso nada. Yo callado, que es cosa de sabios

MUJER

(Insiste con el móvil) No te parezco atractiva, ¿verdad? ¿Te parezco poco deseable?

CAMARERO

En eso tengo yo ganas de fijarme, en si está usted gorda o flaca. Tengo otros problemas de los que preocuparme.

MUJER

(Hablando por el móvil) ¿Doctor?… Menos mal que le encuentro… Si, soy el paciente número X –21 operación atraco …. Estoy en medio de la terapia…Si, pero nada, desde que he entrado 100-150 gramos no más. …Ya, pero no me puedo quedar aquí toda la noche …No, no me rindo. Bien, continuo con la terapia… Ahora le vuelvo a llamar (Apaga el móvil). No empezamos bien. Me habían prometido un mínimo de 500 gramos por actuación. En diez días 5 kilos, pero la terapia no se refleja en la báscula

CAMARERO

Yo tengo alto el colesterol

MUJER

No me importan tus problemas, bastante tengo con los míos

CAMARERO

Usted tranquila señora, las enfermedades mentales, ahora mismo, se curan muy bien. Y están de moda en la alta sociedad. Usted hoy tenía paseo y no ha vuelto al sanatorio, claro, lo lógico, hace buen día, las tiendas están abiertas, la tarjeta provoca estados de ansiedad y claro….

MUJER

Pero que majadería estás especulando. Estoy en medio de mi terapia para adelgazar y el doctor con el que he hablado es quien me ha recetado este atraco. Es un genio. A mí la medicina oficial no me convence. La medicina oficial es demasiado comercial. Me interesa más la medicina global, holística.

CAMARERO

Se han vuelto todos locos.

MUJER

No entiendes nada. Mírame.

CAMARERO

No hago otra cosa desde que ha entrado por esa puerta.

MUJER

¿Qué edad me echas?

CAMARERO

Esa es una pregunta trampa.

MUJER

Es por pasar el tiempo hasta que adelgace. Es una especie de juego inocente para ver por dónde va tu intuición ¿Qué años crees que tengo?

CAMARERO

No quiero contestar

MUJER

¡Escupe tu veneno!

CAMARERO

No sé, cuarenta y cinco o cincuenta.

MUJER

Cuarenta y cinco o cincuenta (Busca una silla y se sienta)

CAMARERO

No, no. Calculo que entre treinta y cinco o cuarenta.

MUJER

No me quieras consolar, tengo 46. Te has dado cuenta a la primera, vaya mierda de vida, pasas de los veinticinco y ya estás descatalogada. Llevo toda la mañana entre la peluquería y la manicura.

CAMARERO

No hay buenos profesionales, ahí está el asunto

MUJER

Lo primero que he hecho al levantarme ha sido darme un masaje reparador. Luego un masaje revitalizante. Y ahora, vienes tú, un homo sapiens averiado, y aciertas mi edad a la primera. No es justo.

CAMARERO

Cuestión de suerte. Me equivoco cada vez que hablo

MUJER

Te odio. He estado de compras recién maquillada, soportando los focos de las tiendas, derritiéndome, mirando envidiosa el aspecto de plástico de las jovencitas con todo en su sitio moviéndose sin parar y sin descomponerse nada y yo, probándome solo lo justo para no sudar y no parecer una maruja del extrarradio. Un momento, voy a aprovechar ahora que estoy triste y deprimida (Se sube de nuevo a la báscula) ¡Bah, ni se mueve!

Tengo la sensación de vivir en una gran mentira

CAMARERO

La báscula debe estar estropeada.

MUJER

No creo ¿Cuánto piensas que puedo pesar?

CAMARERO

Mire señora, yo no quiero problemas.

MUJER

(Apuntando con la pistola) ¿Cuánto peso?

CAMARERO

No me haga esto, por favor

MUJER

Mírame con atención y no te precipites.

CAMARERO

40 kilos.

MUJER

Si pesara 40 kilos no estaría aquí, imbécil

CAMARERO

45 o 50. Y no subo un gramo

MUJER

Sigue subiendo, pero hazlo con mimo

CAMARERO

65 o 70 más o menos. No tengo ni idea, señora.

MUJER

¡Hijo de puta!

CAMARERO

Me tiene desquiciado.

MUJER

¡63 desnuda!

CAMARERO

Tampoco es tanto, me parece. Yo peso más que usted y no voy atracando a nadie.

MUJER

Tengo que llegar a 55 kilos en menos de dos meses, Es imprescindible.

CAMARERO

¿Alguna promesa?

MUJER

Se casa Leonor, mi mejor amiga

CAMARERO

Claro, ahora lo entiendo todo. Mujer, si hubiera empezado por ahí, todo hubiera sido coser y cantar

MUJER

No lo entiendes

CAMARERO

No hay nada que entender, señora. Su vida derrapa y punto. Bienvenida al club

MUJER

Pero que ridículo eres. Se casa mi mejor amiga, Leonor, un zorrón asqueroso y rastrero, pero se casa ¿Sabes con quién se casa?

CAMARERO

Ni conozco a Leonor, ni a usted ni al futuro esposo de Leonor, qué quiere que le diga, que somos muy amigos y fuimos juntos al colegio, pues no, hombre no, haga lo que quiera y ya está. ¿Qué me importa a mí la vida y la boda de Leonor?

MUJER

No se lo va a creer.

CAMARERO

¡Qué me dice!

MUJER

Otra amiga, Pitusa, se iba a casar también por esas fechas y ha tenido que suspender la boda con urgencia y dejar al novio. No había otra solución. Un muchacho muy agradable, todo hay que decirlo, pero que trabaja de comercial de seguros. Lo ha dejado en cuando se ha enterado de que Leonor se casa con un ingeniero. ¿Cómo te vas a casar con un comercial de seguros si tu amiga se va a casar con un ingeniero? Ni hablar, en dos meses tiene que buscarse otro novio que esté a la altura, para no desentonar en la boda de Leonor.

CAMARERO

Sus planteamientos y filosofías me parecen de ciencia-ficción

MUJER

Es que no sabes escuchar. Leonor ha adelgazado y pesa 56 kilos, pues yo tengo que pesar 55. Esa no me conoce de malas. Ya le enseñaré yo la tallita de mi falda a la primera ocasión para que vea quien está más mona de las dos. Siempre teniendo que llamar la atención. Mira, soy pacífica por naturaleza, pero si alguien me declara la guerra, no huyo del enfrentamiento

CAMARERO

¿Le importa que me siente?

MUJER

No, yo también me voy a sentar. (Se sientan ambos) Acérqueme la bolsa color heliotropo, dentro hay un fular. Estoy destemplada.

CAMARERO

Me ha dicho el color heliotropo, no es eso. Me gusta mucho el color heliotropo. Lo conozco eh, lo conozco, pero con los nervios

MUJER

No importa, no importa nada. El mundo se hunde y nadie me socorre para salir de este agujero negro que es el sobrepeso. Estoy muy gorda, ¿verdad?

CAMARERO

Para nada

MUJER

No me gustan las mentiras. Es muy triste para una mujer no resultar deseable.

CAMARERO

No, no, de eso nada.

MUJER

Dentro de cuatro días solo interesaré a casados, solteros de atar y personal defectuoso. Un momento (Se sube a la báscula) Nada, desde que he entrado 100-150 gramos. Esto no marcha.

CAMARERO

Ha pensado en hacer deporte, correr por el parque.

MUJER

Cómo voy a correr por el parque con los tacones puestos. No me los quito ni en la cama

CAMARERO

Ya será menos

MUJER

Yo juego al tenis con tacones. La vida se contempla de forma bien distinta desde 10 centímetros más arriba, ganas en seguridad y auto estima.

CAMARERO

En ese apartado falta más terapia

MUJER

Hablando de terapia, permíteme que llame otra vez a mi doctor. Necesito solucionar este calvario.

CAMARERO

Son ustedes de alguna secta, ¿verdad?

MUJER

¡Qué disparate! Es mi coach para adelgazar mediante fórmulas experimentales

CAMARERO

¿Y es bueno?

MUJER

Es caro.

CAMARERO

Eso da confianza.

MUJER

Yo solo quiero ser un poco feliz

CAMARERO

Hágame caso, la felicidad está sobrevalorada.

MUJER

La vida es dieta continua, de una cosa u otra, pero hay que sacrificarse.

CAMARERO

Me quiere hacer creer que me está atracando o lo que sea, para perder peso.

MUJER

Claro. Mi terapeuta me ha puesto una dieta límite, radical, de puro riesgo. Me ha dicho: Mira, como no adelgazas de ninguna manera tradicional ni razonable, vive una situación límite, satúrate de ansiedad y miedo, suda, vive temerariamente. Por eso he entrado aquí, para vivir una situación de convivencia exigente. Necesito sufrir para deshacer mis manojos de grasa. Por eso me voy pesando, a ver si se espantan los kilos.

CAMARERO

Si yo le contara lo que es vivir en las brasas del sufrimiento

MUJER

¿Usted sufre?

CAMARERO

Soy un desahuciado humano y social, una pena de hombre. Mi lado oscuro está conquistando mi conciencia. Además, estoy arruinado. Comparto techo y cama con un cobrador del frac.

MUJER

Entonces, no le costará adelgazar

CAMARERO

Tengo otros mandamientos más urgentes y necesarios. ¡Escúcheme con atención! ¿Y si le propusiera la madre de todas las terapias?

MUJER

Me está asustando. ¿No serás un pervertido?

CAMARERO

Podría convertirme en su gurú experimental

MUJER

Yo solo quiero quitarme unos kilos antes de ir a la boda de mi amiga Leonor. Nada de tonterías

CAMARERO

Si nos asociamos, su amiga Leonor le odiará eternamente por su aspecto maravilloso

MUJER

Mataría por eso.

CAMARERO

¿Ha pensado alguna vez quitarse todos los kilos que quiera robando un banco? Hablo de jugar en primera división, no en una cafetería cutre de barrio

MUJER

Se ha vuelto loco. Yo no soy una ladrona de bancos, cumplo con las normas. Soy una buena persona

CAMARERO

Imagínese pastorear por las sucursales bancarias, todo su armamento de bolsas de colores y su gallarda báscula. Todos quedarán neuronalmente dañados viéndola subir y bajar del trono del peso, fascinados por el espectáculo cromático y las risas locas asomándose desde los rincones. La razón desaparecerá y todos contemplarán la mutación de la farsa. Y yo, mientras tanto saltearé las cajas, me llevaré billetes y regalaré dulces, para conformar nuestro limosnero personal y salir victoriosos de la tortura a la que nos somete la sociedad genéticamente enferma.

MUJER

Eso huele a delito

CAMARERO

Podríamos formar un equipo increíble

MUJER

Los ladrones de bancos acaban siempre en la cárcel

CAMARERO

Usted quiere quitarse kilos y yo quiero quitarme deudas. ¿Conoce una solución mejor?

MUJER

¿Atracar un banco?

CAMARERO

Una humanística corrección de sus beneficios galácticos

MUJER

Pero tienen guardias de seguridad, cámaras y están conectados a la policía

CAMARERO

Si se vuelve a pesar seguro que está rebajando kilos

MUJER

(Se pesa) Un momento, sí, 200 gramos. Esto es milagroso, pero y si nos atrapan

CAMARERO

Eso para usted sería gloria bendita. Figúrese: detenida, en un furgón policial esposada, abriéndole ficha en comisaria y directa al calabozo

MUJER

(Se vuelve a pesar) Usted es un gurú auténtico, ya he perdido 350 gramos

CAMARERO

Y luego, los juicios y una temporadita en la cárcel. Prisiones vip, por supuesto. ¿Se puede pedir más? La báscula de su celda le recordará, constantemente, que se encuentra en el paraíso

MUJER

Me gusta, me gusta. Siga hablando

CAMARERO

Lo primero que tenemos que hacer es evitar que nos vean juntos, para no levantar sospechas. Nadie debe saber que somos una empresa de delincuentes. Emprendedores. Debería salir, ahora mismo, de la cafetería con toda la normalidad posible y perderse entre los escaparates

MUJER

Me parece bien y ¿cuándo preparamos el primer atraco-espectáculo? Estoy deseándolo

CAMARERO

La espero mañana aquí a la misma hora para planificar nuestra puesta en escena

MUJER

Hay un problema

CAMARERO

¿Tenemos un problema?

MUJER

No tenemos un nombre para el grupo.

CAMARERO

Ya lo tengo: Los atracadores de los colores (La acompaña hasta la puerta de salida)

MUJER

Me gusta. Deberíamos patentar el nombre.

CAMARERO

Yo me encargo de hacerlo

MUJER

Mañana sin falta estoy aquí, compañero. (Abandona la escena después de recoger toda su parafernalia)

CAMARERO

(Respira hondo y se pone de rodillas) Al santo que está hoy de guardia: no quiero volver a ver a esta mujer. Ya tengo bastante con la quiebra del negocio. Menos mal que hoy es mi último día de trabajo, cierro esta noche y desaparezco de la ciudad.


TERCER PREMIO

La llamada,

de Jesús Castillón Motta, mención especial en el Premio de textos de teatro Carro de Baco 2024, certamen donde ya había sido finalista anteriormente con dos obras. También ha sido premiado en certámenes de novela, relato y poesía y es autor de las novelas La estación y, en catalán, de Predestinats.

***

Interior de un sencillo comedor. A la izquierda del escenario hay una mesa con dos sillas. A la derecha hay un sillón. Andrés, un hombre de mediana edad, está trabajando en su ordenador, sentado en una de las sillas de la mesa, cara al público. Resopla mientras golpea cada vez más fuerte con el dedo el botón del ratón del ordenador.

ANDRÉS: Maldita sea… (Se levanta y saca su móvil del bolsillo. Camina hasta el centro del escenario mientras busca algo en la pantalla. Llama.) Buenas tardes, quiero poner fibra óptica en mi casa.

VOZ GRABADA: Un momento, todos nuestros operadores están ocupados. Manténgase a la espera.

(Suena música de espera. Es un reguetón de letra malsonante.)

CANTANTE: Me enamoré de tu culooooooo… ya solo pienso en comerteeeee… tu mahón casi revientaaaa… pero nunca te arrepientaaaaa…

ANDRÉS: Uf… (Está a punto de colgar cuando se oye la señal de llamada y rectifica.) Ah… ¿Oiga?

VOZ VIRTUAL: ¡Hola, soy Puchi, su asistente virtual!

ANDRÉS: Ah, hola, quiero poner…

VOZ VIRTUAL: Le informamos de que, por motivos de calidad, la llamada puede ser grabada.

ANDRÉS: Eh, bueno, vale, yo quería…

VOZ VIRTUAL: ¿Consiente expresamente la cesión de sus datos personales a este operador de telecomunicaciones así como a terceros para comunicaciones comerciales sobre los productos y servicios propios y también respecto de productos y servicios de terceros, empresas del grupo, participadas o colaboradores?

ANDRÉS: ¿Qué, cómo? ¡No!

VOZ VIRTUAL: Ha consentido la cesión de datos.

ANDRÉS: ¿Pero qué dice? ¡Si he dicho que no!

VOZ VIRTUAL: Diga brevemente el motivo de su llamada.

ANDRÉS (resopla): Quiero poner fibra óptica en mi casa…

VOZ VIRTUAL: No le entiendo.

ANDRÉS: Que quiero poner fibra óptica…

VOZ VIRTUAL: Diga brevemente el motivo de su llamada.

ANDRÉS (lentamente): Quieeero poneeer fibra óoooptica en…

VOZ VIRTUAL: No le entiendo.

ANDRÉS (por sílabas, lentamente): Fi-bra óp-ti-ca en…

VOZ VIRTUAL: Diga brevemente el motivo de su llamada.

ANDRÉS: ¡Fibra!

VOZ VIRTUAL: Procesando petición para fibra.

ANDRÉS: Joder…

VOZ VIRTUAL: No le entiendo.

ANDRÉS: Uf.

VOZ VIRTUAL: Indique su código postal para verificar disponibilidad de fibra.

ANDRÉS: 08093.

VOZ VIRTUAL: El código indicado no existe.

ANDRÉS: ¿Cómo que no existe? ¡Si yo vivo aquí!

VOZ VIRTUAL: No le entiendo.

ANDRÉS: 080…

VOZ VIRTUAL: El código indicado no existe.

ANDRÉS: ¡Joder!

VOZ VIRTUAL: No le entiendo.

ANDRÉS: ¿No podemos volver a empezar?

VOZ VIRTUAL: Si quiere volver a la consulta anterior, diga «volver».

ANDRÉS: ¡Volver!

VOZ GRABADA: Un momento, todos nuestros operadores están ocupados. Manténgase a la espera.

(Suena música de espera. Es el reguetón de letra malsonante.)

CANTANTE: Me enamoré de tu culooooooo… ya solo pienso en comerteeeee… tu mahón casi revientaaaa… pero nunca te arrepientaaaaa…

ANDRÉS: La madre que me parió…

VOZ VIRTUAL: ¡Hola, soy Puchi, su asistente virtual!

ANDRÉS: No puede ser…

VOZ VIRTUAL: Le informamos de que, por motivos de calidad, la llamada puede ser grabada.

ANDRÉS: Me cago en…

VOZ VIRTUAL: ¿Consiente expresamente la cesión de sus datos personales…?

ANDRÉS: Sí, sí, tira, joder.

VOZ VIRTUAL: Ha consentido la cesión de datos. Diga brevemente el motivo de su llamada.

ANDRÉS: ¡Fibra!

VOZ VIRTUAL: Procesando petición para fibra. Indique su código postal para verificar disponibilidad de fibra.

ANDRÉS (lentamente): 0-8-0-9-3.

VOZ VIRTUAL: Comprobando disponibilidad… (Silencio.) Fibra disponible.

ANDRÉS: ¡Por fin!

VOZ VIRTUAL: No le entiendo.

ANDRÉS: Quiero fibra.

VOZ VIRTUAL: No le entiendo.

ANDRÉS: ¿Vamos a volver a lo mismo?

VOZ VIRTUAL: Si quiere volver a la consulta anterior, diga «volver».

ANDRÉS: No, no, no, no te vayas, Puchi.

VOZ VIRTUAL: ¡Hola, soy Puchi, su asistente virtual!

ANDRÉS: ¿Pero vosotros queréis vender o qué?

VOZ VIRTUAL: Diga brevemente el motivo de su llamada.

ANDRÉS: ¿No podría hablar con una persona?

VOZ VIRTUAL: No le entiendo.

ANDRÉS: Hablaaaar con persona.

VOZ VIRTUAL: No le entiendo.

ANDRÉS: Persona humana hablar.

VOZ VIRTUAL: No le entiendo.

ANDRÉS (desesperado, se va derrumbando hasta casi llorar): ¡Quiero hablar con un humano! Quiero hablar con un humano, quiero hablar con un humano…

VOZ VIRTUAL: Le paso con uno de nuestros agentes.

ANDRÉS: ¡Ah…!

VOZ GRABADA: Un momento, todos nuestros operadores están ocupados. Manténgase a la espera.

(Suena música de espera. Es el reguetón de letra malsonante.)

CANTANTE: Me enamoré de tu culooooooo… ya solo pienso en comerteeeee… tu mahón casi revientaaaa… pero nunca te arrepientaaaaa…

ANDRÉS (suplicando en voz baja, parece que rece): Por favor, por favor, por favoooor…

AGENTE: Buenas tardes, mi nombre es Alfredo, ¿en qué puedo ayudarlo?

ANDRÉS: ¡Por fin! Quiero poner fibra en mi casa.

AGENTE: Antes de nada, ¿cómo debo dirigirme a usted?

ANDRÉS: Andrés, Andrés Vizcaíno.

AGENTE: Bien, señor Andrés, dígame su código postal para verificar la disponibilidad de fibra en su zona.

ANDRÉS: 08093.

AGENTE: Bien, me consta que está disponible. Tenemos una oferta increíble que incluye internet, televisión, móvil y móviles adicionales, con internet adicional para segunda residencia y…

ANDRÉS: No, no, solo quiero internet para mi ordenador. Móvil ya tengo.

AGENTE: Veo que no lo tiene con nosotros. ¿Le puedo preguntar cuánto paga al mes?

ANDRÉS: 23 euros.

AGENTE: Pero no tiene datos ilimitados.

ANDRÉS: No, pero no gasto los que tengo. Solo lo uso para llamar, no miro videos ni redes sociales.

AGENTE: Es que por un poco más puede tener datos ilimitados, tres líneas adicionales, fibra de 1 giga y televisión para toda la familia.

ANDRÉS: Vivo solo.

AGENTE: Incluye todo el fútbol.

ANDRÉS: No me gusta el fútbol.

AGENTE: Pues todo el cine de actualidad. Y series.

ANDRÉS: No me gusta el cine moderno. Ni las series.

AGENTE: Y documentales sobre naturaleza.

ANDRÉS: No me gusta ver cómo los animales se devoran entre sí.

AGENTE: ¿Caza?

ANDRÉS: Menos aún.

AGENTE: ¿Pesca?

ANDRÉS: Tampoco.

AGENTE: ¿Golf?

ANDRÉS: ¡Si no se ve la bola!

AGENTE: ¿Cine erótico?

ANDRÉS: ¿A usted qué le importa? Bueno, a ver, ¿de cuánto estamos hablando?

AGENTE: 123 euros al mes.

ANDRÉS: ¡Eso son 100 euros más de lo que pago ahora! Ni hablar. Póngame solo fibra. ¿Cuánto vale?

AGENTE: 125 euros al mes.

ANDRÉS: ¿Más caro que con todo lo demás?

AGENTE: Bueno, es como las palomitas del cine; le sale más caro el menú pequeño que un cubo de un kilo de palomitas y un litro de coca cola.

ANDRÉS: ¿Pero de qué me habla usted ahora?

AGENTE: Bueno, hay una opción más barata, pero es mucho peor. Sería únicamente internet y solo 600 megas.

ANDRÉS: ¿Y con eso tendría suficiente viviendo solo?

AGENTE: De sobras.

ANDRÉS: ¿Y por qué intenta colocarme…? Bueno, déjelo. ¿Cuánto vale?

AGENTE: 30 euros…

ANDRÉS: ¡Vendido!

AGENTE: … el primer año.

ANDRÉS: ¿Y después?

AGENTE: 60.

ANDRÉS: Está bien, me lo quedo.

AGENTE: Necesito un número de cuenta.

ANDRÉS: No me gusta dar esos datos por teléfono.

AGENTE: La aplicación no me deja hacerle el contrato sin un número de cuenta. Se puede fiar, ha llamado usted, ¿no?

ANDRÉS: Sí, bueno, pero…

AGENTE: No se preocupe, que la llamada está siendo grabada.

ANDRÉS: ¡Pero la grabación la tenéis vosotros, no yo!

AGENTE: Es la única manera.

ANDRÉS (bufando): Está bien. Un momento. (Mira su móvil.) ¿Cómo hago para entrar en la aplicación de mi banco sin perderle a usted? A ver… Ah, aquí. (Se acerca el móvil a la oreja.) Apunte. (Cada tres números tiene que mirar el móvil.) ES220055874587.

AGENTE: De acuerdo, hecho. Le paso un enlace y un código para que firme el contrato.

ANDRÉS: ¿Qué contrato?

AGENTE: Puede consultarlo en el enlace que le he enviado en un mensaje de texto.

ANDRÉS (mirando su móvil): Da error, no puedo verlo.

AGENTE: Puede firmarlo y leerlo después.

ANDRÉS: ¿Qué firme un contrato sin leerlo?

AGENTE: Puede fiarse.

ANDRÉS: ¿Como un acto de fe?

AGENTE: Bueno, si le da error, en la misma página tiene un enlace a una IA de ayuda.

ANDRÉS: ¿IA? ¿Qué es eso?

AGENTE: Una inteligencia artificial.

ANDRÉS (mirando el móvil): A ver… ah, ya lo veo, le doy al enlace. (Silencio.) Dice que antes de nada debo iniciar sesión. Vale, inicio sesión. (Va leyendo las indicaciones de la pantalla.) «Para asegurarnos de que eres humano, debes marcar en qué fotos aparecen semáforos». (Toca varias veces la pantalla del móvil con el dedo.) «Ahora marca en qué fotos aparecen puentes». (Toca varias veces la pantalla del móvil con el dedo.) «Ahora marca en qué fotos aparecen bicicletas». (Toca varias veces la pantalla del móvil con el dedo.) Ya está. «Usted no es un usuario registrado. Regístrese aquí». Uf… «Escriba su dirección de correo electrónico». (Andrés escribe su mail en el móvil.) Ya. «Le hemos enviado un correo electrónico con un enlace para crear su contraseña». (Andrés busca el mail en su móvil y clica el enlace.) «Cree una contraseña de 8 a 15 caracteres, sin datos personales, diferente a cualquier otra de sus contraseñas, sin números repetidos ni consecutivos ni letras repetidas ni consecutivas alfabéticamente, sin espacios ni acentos, que incluya al menos una mayúscula y un carácter especial, pero que no sea asterisco…». Madre mía, cuánta seguridad… ¿a quién he llamado, a la CIA? (Se acerca el móvil a la oreja.) Oiga, ¿no me pueden enviar el contrato por mail?

AGENTE: Es que la oferta que le he hecho expira ya.

ANDRÉS: ¿Cómo, ya?

AGENTE: En unos segundos.

ANDRÉS: Pero, pero…

AGENTE: Si no firma ya, señor Andrés, perderá la oferta.

ANDRÉS: Espere, espere, ¿no podemos volver a hablarlo?

VOZ VIRTUAL: Si quiere volver a la consulta anterior, diga «volver».

ANDRÉS: No, no, no quiero volver a… ay…

VOZ VIRTUAL: ¡Hola, soy Puchi, su asistente virtual!

ANDRÉS: ¡Mierda! ¡Poner queja!

VOZ VIRTUAL: Para quejas sobre fibra, pulse 1, para quejas sobre línea móvil, pulse 2…

(Mientras la voz habla, Andrés deja el móvil sobre la mesa y sale.)

VOZ VIRTUAL: …para quejas sobre nuestros agentes, pulse 3, para quejas sobre Puchi, pulse 4, para cualquier otra queja, manténgase a la espera.

(Suena música de espera. Es el reguetón de letra malsonante.)

CANTANTE: Me enamoré de tu culooooooo… ya solo pienso en comerteeeee… tu mahón casi revientaaaa… pero nunca te arrepientaaaaa…

(Entra Andrés. Lleva un martillo en la mano. Comienza a dar martillazos al móvil.)

VOZ VIRTUAL: No le entiendo…

(Andrés destroza el móvil. Luego mira el ordenador y la emprende con él también. Una vez destrozado el ordenador, sale. Vuelve al poco rato. En lugar del martillo lleva un libro en la mano. Se sienta en el sillón de la derecha del escenario y se pone a leer.)

TELÓN


Foto: Carlos Ruiz (Pexels)



 

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