METAMORFOSIS DE LA ROSA, Fernando Díaz de Liaño, Otoño-2010
Cuando te presiento
haciéndome palpitar el olfato
y después te percibo, roja, rojísima rosa,
flor entre las flores, néctar del Mediodía,
inevitablemente me encamino a tus orígenes,
a eventos repetidos durante innumerables primaveras,
que encaminan a una precoz rosa albina,
muy albina, que, metamorfoseándose,
se ruboriza y, ¡oh!, prodigio de la Naturaleza,
deviene en terciopelo carmesí,
rojísima rosa.