Lecturas recomendadas: ‘Memorias de Adriano’ 4


Animado con la idea de contribuir en la puesta en marcha de una nueva sección en la web de TROTEA pensada para comentar y recomendar lecturas; con el fin crear un nuevo vínculo de comunicación entre socios y otros lectores, os envío esta reseña.

He querido estrenar esta sección comentando Memorias de Adriano de Marguerite Yourcenar. Un libro traducido al castellano por el insigne Julio Cortázar. Un clásico del siglo XX, que he terminado de leer recientemente y cuyo impacto todavía mantengo en mi memoria.

A pesar de que tenía este libro desde hace muchos años, he de confesaros que lo había abandonado en varias ocasiones, consciente de no haber encontrado el momento propicio para disfrutar de su lectura. Su ritmo sosegado, donde la tensión dramática se alcanza a través de las ideas y reflexiones y no como consecuencia de una acción directa y explicita, exige cierto recogimiento y tranquilidad. Después de volverlo a leer os aseguro que no me parece exagerado afirmar que es uno de los mejores libros que he leído en mi vida.

Esta novela está concebida como una carta que el emperador Elio Adriano Augusto (76-138 d.C.) dirige a Marco Aurelio, en la que repasa su vida. Es un íntimo y magistral retrato de quien fue uno de los espíritus más libres de la Antigüedad.

La novela, está escrita en un estilo directo y en primera persona –el propio emperador actúa como narrador–. Yourcenar se eclipsa bajo su personaje para poner sus ideas en boca del emperador, manteniendo una íntima compenetración entre su manera de entender el mundo y la del personaje de su novela, de modo que las ideas expresadas por Adriano tienen una coherencia absoluta con los hechos históricos que se narran, y al mismo tiempo se corresponden con los mejores valores del espíritu europeo contemporáneo del que participa su autora. “Humanitas-Felicitas-Libertas”: palabras que figuran en las monedas acuñadas bajo el mandato de Adriano, posiblemente sean las que mejor representan dicho espíritu.

La novela está divida en seis capítulos, cuyos títulos y contenido van reflejando la trayectoria vital del emperador.

I.- Animula Vagula Blandula (Mínima Alma Mía Tierna y Flotante: inicio de un poema del propio Adriano, en la dedicatoria y al final de la novela)

II.- Varivs Mvltiples Mvltiformis (Variado Múltiple Multiforme)

III.- Tellvs Stabilita (Estabilizó La Tierra)

IV.- Saecvlvm Avrevm (Edad de oro)

V.- Disciplina Avgvsta

VI.- Patientia

En la novela, algunos aspectos de la personalidad de Adriano, resultan contradictorios: Era un oficial escrupuloso, fanático de disciplina, pero amaba la paz. Filósofo mesurado, y al mismo tiempo un amante dispuesto a todo por un instante de vértigo. Ilustre militar y soberbio administrador, pero un espíritu sensible que amaba el arte y la belleza en cualquiera de sus manifestaciones. Era apreciado por ser justo y benevolente, pero consideraba que el oro virgen del respeto sería demasiado blando sin una cierta aleación de temor. Era un escéptico religioso, al tiempo que consultaba adivinadoras y hechiceros.

Es una novela perfecta, tanto en el fondo como en la forma, que podría encajar en diversas clasificaciones en cuanto a género o estilo:

Literatura epistolar

En sentido estricto podríamos considerar que se trata de literatura epistolar, ya que esta obra no es más que una extensa carta, un testamento espiritual del emperador Adriano, que presintiendo la proximidad de su muerte, escribe a Marco Aurelio (17 años) a quien había adoptado para sucederle, aunque su sucesor inmediato fuera Antonino Pío.

Querido Marco:…

Te evito detalles que te resultarían tan desagradables como a mí mismo, y la descripción del cuerpo de un hombre que envejece y se prepara a morir…

Comenzada para informarte de los progresos de mi mal, esta carta se ha convertido poco a poco en el esparcimiento de un hombre que ya no tiene la energía necesaria para ocuparse en detalle de los negocios del estado, meditación escrita de un enfermo que da audiencia a sus recuerdos

Literatura poética

Pero sobre todo es una novela poética, escrita con refinamiento y hondura, utilizando un lenguaje preciso, estilizado y armonioso. En cualquier fragmento se pueden encontrar bellos recursos estilísticos utilizados Adriano/Yourcenar para expresarse.

La obscena frasecita de Posidonio sobre el frote de dos parcelas de carne —que te he visto copiar en tu cuaderno escolar como un niño aplicado— no define el fenómeno del amor, así como la cuerda rozada por el dedo no explica el milagro infinito de los sonidos. Esa frase no insulta a la voluptuosidad sino a la carne misma, ese instrumento de músculos, sangre y epidermis, esa nube roja cuyo relámpago es el alma.

Novela histórica

Es una novela histórica pues trata sobre hechos y personajes que realmente han existido. En ella se advierte el gran esfuerzo de acercamiento espiritual que Yourcenar ha realizado con su personaje. Para conseguir esta compenetración la autora ha dedicado buena parte de su vida a leer, meditar, escribir y corregir. Ha viajado y ha desarrollado todo tipo de actividades hasta conseguir fundirse con el espíritu de Adriano y compartir su misma psicología. Todo ello lo explica en el primer epílogo del libro titulado “Cuadernos de notas a las «Memorias de Adriano»”.

Sobre la base histórica de su relato la autora comenta en el segundo epílogo del libro: “Nota”: “…podría en rigor, prescindir de documentos justificativos; su valor humano aumenta sin embargo singularmente por obra de la fidelidad a los hechos”, y desde luego no prescinde de ellos, ya que expone detalladamente las fuentes documentales que ha utilizado, y las analogías y otras circunstancias en las que se ha basado para la recreación de su relato.

Novela de amor

Posiblemente lo más importante de este libro es la exaltación que hace del amor. El sublime amor que Adriano siente por el joven Antinoo y el placer de la belleza en este juego.

El amor como humanización del goce, que se acomoda a la respuesta del otro. Y el amor inaplazable, fundido e impulsado por la naturaleza …donde nuestra voluntad se articula con el destino, donde la disciplina secunda a la naturaleza en vez de frenarla, un amor al que la sensibilidad y el gusto por la belleza no le inmuniza del deseo y donde el sujeto es arrastrado a un más allá de la razón y del placer, al campo del goce:

El juego misterioso que va del amor a un cuerpo al amor de una persona me ha parecido lo bastante bello como para consagrarle parte de mi vida”

Creí antaño que cierto gusto por la belleza me serviría de virtud, inmunizándome contra las solicitaciones demasiado groseras. Pero me engañaba. El catador de belleza termina por encontrarla en todas partes”… “Todo placer regido por el gusto me parecía casto”

De todos nuestros juegos, es el único que amenaza trastornar el alma, y el único donde el jugador se abandona por fuerza al delirio del cuerpo. No es indispensable que el bebedor abdique de su razón, pero el amante que conserva la suya no obedece del todo a su dios”.

Y me asombra que esas alegrías tan precarias, tan raramente perfectas a lo largo de una vida humana, sean objeto de tanta desconfianza por quiénes se creen sabios, temen el hábito y el exceso de esas alegrías en vez de temer su falta y su perdida, y gastan en tiranizar sus sentidos un tiempo que estaría mejor empleado en ordenar o embellecer su alma.”

Ensayo psicológico

También puede analizarse este texto como un ensayo psicológico donde Adriano desnuda su alma y hace un ejercicio de introspección, analiza el porqué de sus actos y de sus decisiones; y sobre todo ilustra el único remedio posible para combatir la angustia de la muerte: la voluntad de vivir conscientemente, asumiendo el deber principal del hombre que es su perfeccionamiento interior.

Habíase despertado en mí la curiosidad por esas regiones intermedias donde el alma y la carne se confunden, donde el sueño responde a la realidad y a veces se le adelanta, donde vida y muerte intercambian sus atributos y sus máscaras.”

Cuento con este examen de hechos para definirme, quizá para juzgarme, o por lo menos para conocerme mejor antes de morir”…

Como todo el mundo, sólo tengo a mi servicio tres medios para evaluar la existencia humana: el estudio de mí mismo, que es el más difícil y peligroso, pero también el más fecundo de los métodos; la observación de los hombres, que logran casi siempre ocultarnos sus secretos o hacernos creer que los tienen; y los libros, con los errores particulares de perspectiva que nacen entre sus líneas”

En lo más profundo, mi autoconocimiento es oscuro, interior, informulado, secreto como una complicidad.

Tratado sobre las tareas de gobierno y las vivencias de un hombre de estado

También en el texto se reflexiona sobre los fundamentos de las tareas de gobierno, la moral y el sentido de las leyes.

Cuando hayamos aliviado lo mejor posible las servidumbres inútiles y evitado las desgracias necesarias, siempre tendremos, para mantener tensas las virtudes heroicas del hombre, la larga serie de males verdaderos, la muerte, la vejez, las enfermedades incurables, el amor no correspondido, la amistad rechazada o vendida, la mediocridad de una vida menos vasta que nuestros proyectos y más opaca que nuestros ensueños- todas las desdichas causadas por la naturaleza divina de las cosas”.

La moral es una convención privada; la decencia, una cuestión pública; …”

Tengo que confesar que creo poco en las leyes. Si son demasiado duras, se las transgrede con razón. Si son demasiado complicadas, el ingenio humano encuentra fácilmente el modo de deslizarse entre las mallas de esa red tan frágil…

La mayoría de nuestras leyes penales sólo alcanzan, por suerte quizá, a una mínima parte de los culpables; nuestras leyes civiles no serán nunca lo suficientemente flexibles para adaptarse a la inmensa y fluida variedad de los hechos. Cambian menos rápidamente que las costumbres; peligrosas cuando quedan a la zaga de éstas, lo son aún más cuando pretenden precederlas…”

Tratado sobre el alma, muerte y escatología.

Son varias las reflexiones que se hacen en el libro sobre el alma, su existencia y su relación con el cuerpo y el más allá.

La idea de la muerte, que al principio de la novela apenas aparece como una preocupación especialmente sentida por Adriano, después de la desaparición de Antinoo, y sobre todo en los últimos pasajes es casi una obsesión. No solo la muerte sino también el mundo misterioso al que, con un poco de escepticismo, piensa que ingresaremos a través de ella.

Después de tantas reflexiones y de tantas experiencias quizá condenables, sigo ignorando lo que sucede detrás de esa negra colgadura.

¿Será el alma la culminación suprema del cuerpo, frágil manifestación del dolor y el placer de existir? ¿O bien, por el contrario, es más antigua que ese cuerpo modelado a su imagen y que le sirve bien o mal de instrumento momentáneo? ¿Es válido imaginarla en el interior de la carne, establecer entre ambas esa estrecha unión, esa combustión que llamamos vida? Si las almas poseen identidad propia, ¿pueden intercambiarse, ir de un ser a otro como el bocado de fruta, el trago de vino que dos amantes se pasan en un beso?”

Al final el libro termina con unos versos, escritos por el propio Adriano y cuyo comienzo, (en latín) figura en la dedicatoria de este libro y en el epitafio de su mausoleo en el castillo de Sant Angelo de Roma.

Animula vagula, blandula,

Hospes comesque corporis,

Quae nunc abibis in loca

Pallidula, rigida, nudula,

Nec, ut solis, dabis iocos…

P. AELIUS HADRIANUS, Imp.

Mínima alma mía, tierna y flotante, huésped y compañera de mi cuerpo, descenderás a esos parajes pálidos, rígidos y desnudos, donde habrás de renunciar a los juegos de antaño. Todavía un instante miremos juntos las riberas familiares, los objetos que sin duda no volveremos a ver… Tratemos de entrar en la muerte con los ojos abiertos…”

Conclusión

A estas alturas pienso que sería demasiado obvio y redundante que dedicara una sola palabra para convenceros de lo mucho que me ha gustado esta lectura.

En la novela, Adriano nos comenta como Leotiquidas le enseñó a preferir las cosas a las palabras. Después de repasar su vida, me atrevo aconsejaros lo contrario. Disfrutad de las palabras, dejaros mecer por sus sonidos y reflexionar sobre las ideas construidas con ellas; preferirlas a cualquier otra cosa. Volved con frecuencia a este libro donde se acumulan y densifican las ideas. Cada nueva lectura me sorprende, siempre encuentro algo nuevo, ideas hermosas camufladas entre otras ideas, expresadas con refinamiento y hondura. Meditaciones de un personaje especialmente sensible y sabio.

Si he incluido tantos párrafos extraídos del libro, ha sido porque no he sido capaz de comentar con mis palabras, lo que con precisión y belleza, ya había escrito Yourcenar. Os aseguro que son muchas más las ideas, y no peores, que he dejado sin transcribir en este comentario, que debería haber sido mucho más breve. Me ha pasado que, al buscar alguna frase que recordaba haber leído en el libro, encontraba a su alrededor un montón de ellas con no menos interés y poesía. Así el trabajo se me antojaba interminable, como el que sale al campo en primavera a coger flores para completar un ramo y a medida que avanza se da cuenta que las que puede coger son todavía más bellas que las que lleva.

Fernando Luciáñez Merino

Madrid, 20 de mayo de 2017

 


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4 ideas sobre “Lecturas recomendadas: ‘Memorias de Adriano’

  • Fernando García Romero

    Leyendo la espléndida descripción que ha hecho Fernando Luciáñez de las «Memorias de Adriano» de Marguerite Yourcenar, en la cual aúna razón y emoción (y no por casualidad, porque esa unión de contrarios caracteriza la vida y obras de Adriano), he sentido unos intensos deseos de volver a leer un libro que leí por vez primera hace ya muchos años. Sin duda las impresiones y sensaciones serán ahora diferentes, como es inevitable a causa del largo tiempo transcurrido, pero en todo caso mi relectura se verá apoyada y estimulada por las certeras observaciones de Fernando. Volveremos entonces a hablar sobre la novela.

  • Angel

    Extenso y singular comentario del texto, donde describes con pericia las facetas del mismo, informas de su contenido y consigues lo principal: que deseemos leerlo. Muy buena elección de los extractos. Gracias.
    Ángel

  • José Luis Díaz de Liaño

    Había leído este libro hace años y ahora, empujado por el comentario de Fernando, he vuelto a leerlo. Y he quedado sobrecogido de nuevo ante tal cúmulo de aciertos. Un libro hermoso y profundo, en el que cada frase, más allá de la belleza formal, esconde una concepción completa de la vida.
    Alguna parte del mérito le corresponde a la traducción española de Julio Cortázar, realmente soberbia, con un sentido excelente del ritmo. Como ejemplo, una simple frase y su traducción:
    «Notre grande erreur est d’essayer d’obtenir de chacun en particulier des vertus qu’il n’a pas et de négliger de cultiver celles quíl possède.»
    «Nuestro gran error está en tratar de obtener de cada uno en particular las virtudes que no posee, descuidando cultivar aquellas que posee.»
    Una lectura absolutamente recomendable.