‘Las manos’, por Julio V. Martín


LAS MANOS , Julio V. Martín, 15-11-2010

 

¡Cuánto pueden expresar unas manos!

Si se tienden, sirven para ayudar,

si se cierran, ocultan enfados o miedos.

Tal vez son anuncio de agresiones,

al moverse pueden proferir amenazas,

Pero te pueden cubrir de posibles golpes,

o con ellas propinarlos con o sin razón.

A veces sirven para orar, o para pedir,

pero también para negar o afirmar.

Señalan objetivos, personas, destinos,

acarician o rasgan o retuercen o pellizcan.

Insultan con sus códigos convenidos,

manejan máquinas de paz o de guerra,

pero también instrumentos de trabajo.

En política se abren o cierran según las ideas,

torturan o sufren al ser torturadas.

En el deporte son alabadas o denostadas.

Se alzan si reciben la orden para ello,

si son blancas ofenden menos.

Algunos las tienen ligeras y penetrantes,

si se enguantan adquieren prestancia y protección.

Dejan siempre huella de su personalidad,

con anillos en sus dedos emiten diversos mensajes.

Se estrechan en afectuoso o protocolario saludo,

identifican a su propietario para bien o mal.

Ocultan el rostro avergonzado o lloroso,

se mueven para atraer o rechazar.

Son temidas por los insectos pues atrapan o matan,

abanican en ausencia del artilugio apropiado.

Con cálamo dejan testimonio escrito de vivencias,

sirviendo de vehículo de transmisión de sentimientos.

Permiten sostener y hojear libros y diarios,

y, entre otros usos, dejan constancia de su utilidad,

firmando compromisos, rendiciones, contratos,

e ilustran su valía dejando constancia de ello

como en esta ocasión con la ayuda informática.

 

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

 

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.